El Salvador celebró esta mañana su segunda presea en Santiago 2023, en los Juegos Parapanamericanos que se realizan en la capital chilena, gracias a Rebeca Duarte, de la especialidad del boccia y en la división BC2* individual, quien se quedó con la medalla de plata.
La cuscatleca se enfrentó en la final a la mexicana Karina Martínez ya con la presea de plata asegurada, tras una clara victoria por 7-2 frente a una dura rival, la estadounidense Michele Lynch; otra por 7-2 sobre la ecuatoriana Joselyn León para asegurar su clasificación a las semifinales.
Ahí le tocó enfrentarse a la canadiense Kristyn Collins, a la que derrotó por otro claro marcador, de 5-0, para asegurar la primera presea de bochia en Santiago 2023, y la segunda en los Juegos Panamericanos.
Y luego, ya en la final, ante la mexicana, perdió por 7-3, en duelo que arrancó contra corriente, pues la azteca se fue arriba 6-0 en el primer juego. Después, la salvadoreña logró 2 puntos en el segundo, uno en el tercero y llegó al último con posibilidades de remontar, pero cayó en ese por 1-0 para el definitivo 7-3, y para quedarse con la presea de plata.
Por su parte, siempre en boccia división BC2, pero en masculino, el cuscatleco Mario Sayes disputó medalla de bronce ante el argentino Luis Cristaldo. Comenzó perdiendo por 2-0 en el primer juego, y el sudamericano aumentó su ventaja a 4-0 en el segundo. Para el tercero, el nacional descontó para poner marcador de 4-2 y llegar al último juego con emoción y posibilidades aún. Sin embargo, en ese, cayó por 1-0 para el 5-2 definitivo en el global, con lo que el cuscatleco quedó fuera del podio.
Sayes perdió antes en semifinales ante el canadiense Danik Allard, por 7-1. Durante el playoffs, venció por 5-4 a Iuri Saraiva, de Brasil, y antes, en la etapa uno de la clasificación, le ganó 8-0 al argentino Jonatan Aquino, y cayó por 16-0 con el brasileño Maciel De Sousa.
Nota: La clasificación BC2 es para atletas que tienen una mejor función del tronco y de los brazos que los de la clase BC1. Las capacidades de sus brazos y manos les permiten a menudo lanzar el balón por encima y por debajo de la cabeza y con una variedad de agarres, pero compiten en silla de ruedas.
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