Jairo Moreno tiene un privilegio especial, a los 22 años ya puede decir que llevó la bandera de El Salvador en unos Juegos Olímpicos. Y compitió con la elite del mundo en judo. Fue solo un combate, ante el belga Jorre Verstraeten (cayó por wazari 1-0) pero la experiencia le durará para utilizarla de trampolín en su carrera.
De aquel niño casi hiperactivo que se metía en los tatamis de judo con sus padres, a esta realidad olímpica han pasado horas de entrenamientos, campamentos y , siempre buscando el progreso y la clasificación. Su papá fue el judoca salvadoreño en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, Miguel Ángel Moreno y su mamá también practicó el judo.
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Hoy, frente al majestuoso Arco del Triunfo, platica con Cancha. “Es una experiencia muy grata la verdad, estoy muy feliz de poder hacerlo a los 22 años, soy el judoca de El Salvador que más joven se ha clasificado a unos Juegos Olímpicos. Es un orgullo representar al país y ver esta competencia como un aporte más a mi carrera deportiva y ya se ven diferentes las otras competencias a la par de estas”, dice Jairo.
No se olvida del belga Verstraeten, quien lo derrotó en un duelo parejo: “Fue un combate bastante duro. Mi rival ha peleado medallas mundiales, muchos combates por tour, estuvimos muy bien en la pelea. Hay unos cuantos detalles que hay que mejorar también en la pelea, y la verdad es que se esperaba ganar en esa ronda, pero así es el deporte, a veces se gana, a veces se pierde y no todas las veces salen las cosas como uno quiere. La lucha es seguir intentando”, define.
Jairo es de la zona central de San Salvador, donde se entrena dos veces al día, dos horas y media por cada sesión. “Son, más o menos, unas 12 horas semanales. Y el cuidado de siempre. Así pude obtener la clasificación a París por cuota continental, clasificación por continente, que se dio hace unos dos meses”.
Tomar esta experiencia de París como trampolín: “El mayor objetivo ahora es apuntarle a los Juegos Olímpicos de los Ángeles. Es donde se quiere llegar desde el inicio del ciclo olímpico que se viene. Uno espera ganar los eventos que están en América, competir más en este nivel, en el World Tour y foguearse más con esta gente de este nivel para tener mayores posibilidades. En el otro ciclo hay una posibilidad seria de conseguir una medalla olímpica que ha sido siempre mi sueño”.
Su entrenador, Óscar Henríquez, escucha a la par y participa: “Teníamos muy trabajado el combate, esperábamos ganarlo realmente. No nos salió así sin embargo la participación de él fue muy buena, no se vio una diferencia de nivel, es el mismo. El belga aprovechó un detalle y ganó. Lo que más nos cuesta sea posiblemente un poco más de competencias a este nivel, en Europa, con más experiencia allí, si podemos empezar a hablar de resultados”.
Jairo también habla del acento cuscatleco en París y de lo que significa esta bandera: “Es un orgullo porque nuestro país es muy pequeño y la gente tiende a minimizar los logros, pero quiero decir que los salvadoreños somos grandes y quiero demostrarlo. Hay que seguir participando y sacando muchos triunfos para el país”. Lo firma Jairo, el judoca que a los 22 años ya tiene un Juego Olímpico en su espalda.
Como dato para la historia del judo nacional, siete hombres han clasificado a Juegos Olímpicos y el resultado de Jairo, por posición es el tercer mejor de la historia, detrás de los novenos lugares de Juan Diego Turcios (2016) y Juan Carlos Vargas (1984), así como del decimotercer puesto de Vargas en 1992. Los otros salvadoreños en Olímpicos aparte del papá de Jairo son Fredy Torres (1984, 1988), Carlos Ramírez (1996) y Franklin Cisneros (QDDG, 2008), a ese libro se sumó Jairo, que quiere más en cuatro años.