“Mi primera práctica en Francia. Estoy muy orgullosa y nerviosa de ser la primera mujer salvadoreña en la convención y campeonato mundial de monociclo 2022”, son las palabras que con mucho entusiasmo dice Geraldina Lozano, la joven salvadoreña que pedalea en una rueda sobre los senderos europeos.
Polonia, Alemania, Italia, República Checa y ahora Francia son tan solo algunos de los países que Geraldina recorrió sobre su monociclo para participar como atleta en diversas competencias que reúnen a expertos del Viejo Continente y de América.
Esto la convierte en la primera mujer salvadoreña en conquistar las montañas en diferentes categorías de Europa, donde el monociclismo se considera un deporte. Han pasado 14 años desde que se subió a uno y comprendió que era lo que quería en su vida. De estos años en tan solo seis meses supo dominar el monociclismo de montaña.
FOTOS: "La primera mujer salvadoreña": Geraldina destaca en Francia con un monociclo
“Es más emocionante porque ahora ya se empieza el campeonato y súper feliz de ver tantas personas monocicleras de diferentes países del mundo”, señala la salvadoreña en su segunda visita al Viejo Continente y esta vez a la convención y campeonato mundial de monociclo 2022 en Grenoble, al sureste de Francia.
Desde el 26 de julio hasta el 6 de agosto, los atletas se presentarán en las 37 modalidades como: hockey, baloncesto en monociclo, carreras en pista y maratón. Geraldina se presenta en esta última en un total de 42 kilómetros por recorrer, Down Hill Standar y Cross Country Standar, que de su traducción se refiere a bajar y cruzar montaña y campo. En esta última categoría femenina quedó con el segundo lugar de la competencia.
Pero esta gran oportunidad se dio gracias al apoyo de su familia y amistades que con esfuerzo hicieron “la cabuda” para obtener el dinero necesario para ir y costear todo los gastos. “No tengo patrocinio de ninguna institución ni pública ni privada. Es con ayuda de mis amigos, familia y de mi pareja”, aclara Geraldina.
“Como todo deporte se necesita tiempo para practicar y si no tenés dinero para comprar repuestos, pagar medicinas si te lesionas no podés seguir porque hay que buscar una forma de conseguir dinero. Dejás de practicar por ir a trabajar. Son cosas básicas que como deportista tienes que tener y sin ayuda o apoyo no se puede salir adelante”, señaló.
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En su primera visita a Europa, en mayo de 2022, para participar en estos eventos fue en el campeonato italiano de monociclo, Italia, ELSBET 22 en Suiza, maratón europeo en Görliz, Alemania. En este último esperaba coleccionar medallas y títulos, pero lamentablemente en uno de sus entrenamientos cayó de su monociclo y se dislocó el codo, por lo que tuvo que reposar varias semanas antes de anotarse a Francia.
El camino a Europa
Todo esto comenzó probando con astucia, asegura. Un buen día se dijo a sí misma que la idea de abrir un perfil de Instagram mostrando su habilidad sería un ventana para conocer más personas que se dedicaran a su pasión.
Hasta ese momento, Geraldina no tenía un monociclo propio, era compartido con otras personas de una organización juvenil. No fue hasta 2014, durante una convención y competencia latinoamericana de monociclo en Costa Rica que logró comprarse uno clásico por $120 luego de una colecta.
“Una de las problemáticas, no solo en Centroamérica, sino en Latinoamérica, es que no se pueden comprar monociclos de buena calidad. La mayoría hay que traerlos de Europa o Estados Unidos”, señaló.
En ese mismo viaje, ella conoció a Maksym Siegieńczuk, un alemán que forma parte de la Federación Internacional de Monociclo, quien la instó a participar en las competencias que se realizan en Europa. A inicios de 2021, Geraldina recibió una carta de invitación para participar como atleta y sin pensarlo dos veces aceptó y, como cuestión del destino, las fechas coincidieron con un viaje a ese continente por el que había trabajado por dos años.
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“Me pareció como un sueño ver todas esas montañas; allá arriba en la montaña donde hay nieve. Yo me bajé del monociclo y fui a ver la nieve”, señaló lanzando una risa de emoción al recordar. “Para los europeos es bien novedoso que alguien de Latinoamérica ande por esos lugares. Todos me preguntaban qué hacía una latina en Suiza, de dónde era y que dónde quedaba El Salvador. O decían: ‘¡Ah!, Bitcoin’”,continuó.
Sin miedo a caer
Moverse por la calles de las ciudades implica ser el centro de atención y admiración de aquellos que la ven venir desde lejos con sus manos al aire que hacen equilibrio y sus pies bien pegados a los pedales.
La joven señaló que todo comenzó cuando vio a un amigo practicar el monociclo, a quien le dijo de inmediato que se lo prestara para intentarlo. Por su cabeza pasaron muchas ideas entre las que resaltaba: ser la única mujer en hacer monociclo.
“Después de eso vinieron comentarios de los chicos como: ‘mejor hula-hula por ser más estético para las mujeres’, ‘el monociclo es difícil’ (…) si en ese momento yo les hubiera hecho caso no se adónde estuviera. Quizás nunca hubiera llegado adonde estoy ahora ”, dice Geraldina.
La atleta de 30 años señaló que su aprendizaje fue autodidacta a través de tutoriales de YouTube y con la guía de sus amigos que practicaban esta disciplina. En un inicio comenzó con tres horas y en algunos momentos enfrentó la frustración, pero no se detuvo. “Me motivaba yo sola y me decía: ‘Sí podés’. Me gustaba y lo disfrutaba, no me importaba cómo lo lograba. Era como darle a mi ritmo”, explicó.
El sueño con el que vive Geraldine es colocar una escuela de monociclos para que todas las personas interesadas en conocer y dominar este deporte lo puedan hacer.
“Es de conseguir muchos monociclos, cómo se consiguen muchos monociclos, y tener un lugar donde la gente quiera llegar y practicar un rato, para desestresarse o porque querés ser un buen profesional”, concluyó.