Con una ceremonia inaugural distinta, histórica, diferente. Así se dio la apertura a los Juegos Olímpicos París 2024, en el río Sena, en París, Francia.
Y ahí, en su barco correspondiente, tuvo su turno El Salvador. La delegación nacional apareció con júbilo y alegría, ondeando la bandera azul y blanco. Los portadores de la misma fueron Uriel Canjura y Celina Márquez, el jugador de bádminton y la nadadora cuscatleca.
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Toda una alegría para los atletas salvadoreños que pudieron vivirla. Y quedaron ahí, enmarcados, en una fiesta distinta, que no fue vista en un estadio, si no afuera, en las aguas y bajo la lluvia.
Eso fue lo que, como detallaron los organizadores, no se pudo controlar: la lluvia que en un momento fue de más a menos. Sin embargo, no hubo nada que detuviera la alegría de los salvadoreños que están en los Olímpicos.
"Aunque en los momentos iniciales de la gran fiesta, la lluvia cayó de forma leve e intermitente, tres cuartos de hora después las precipitaciones arreciaron y obligaron a todos los participantes a protegerse con plásticos, si los tenían. Algunos asistentes abandonaron sus localidades cumplida una hora de espectáculo", relató la agencia EFE.
"En el Trocadero, donde terminará la ceremonia, una de las pantallas gigantes desde la que se seguía el espectáculo sufrió un apagón y se mantuvo en negro", añadieron, pero nada detuvo las embarcaciones de las distintas delegaciones, que como la salvadoreña eran descubiertas.
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Pero a cada barco, desde las orillas del Sena, el espectáculo seguía con la lluvia y los aplausos de los presentes. Cada uno de los distintos actos fue único, especial, cultural, con mucho de la historia de Francia, y que quedará para el recuerdo de todos, sobre todo de los salvadoreños.
"Unas 600 mil personas asistieron en directo a la ceremonia, de estas 300 mil estuvieron en gradas y otras tantas desde los balcones y las viviendas", en los alrededores, informaron.
El que lo vivió fuera fue el surfer Bryan Pérez, quien está en la subsede de su deporte, en la isla de Tahití, en la Polinesia Francesa. Pero desde ahí, también la pasó en grande con la ceremonia de una gran fiesta, que cerró con ese fuego olímpico que los marcará a todos en París 2024 (26 de julio al 11 de agosto de 2024).
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