Stephen Curry domina el juego y la multitud como nadie. Si encima tiene de laderos a LeBron James y Kevin Durant, el oro era cantado. Pero enfrente estaba una Francia hambrienta y que fue un rival durísimo, como en semis los había sido Serbia, que le puso las cosas difíciles. Al final, Estados Unidos se quedó con el oro como casi siempre en el mundo olímpico –solo Argentina en el 2004 les quitó el oro desde que juegan los NBA- en la final más esperada de los Juegos Olímpicos. El 98-87 final no refleja lo apretado y dramático del partido.
Todo París estaba en vilo de este partido, mucho más que de las finales de fútbol o de vóleibol, por mencionar algunos deportes colectivos. Era para Francia, el cierre perfecto de la fiesta olímpica. Más de mil dólares se revendía la entrada más cómoda. El renovado poder galo con el indescifrable e inquietante Wemby a la cabeza tenía también en mente el oro.
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El partido soñado hizo del Bercy Arena una caldera como no se había visto antes en ningún otro deporte. Aquí si hay más ambiente que en otras finales. Quizás, por la trascendencia de los protagonistas, sea también uno de los deportes más emblemáticos de estos juegos. Pero al local le aguaron la fiesta, a pesar de un extraordinario partido de los franceses que cuentan hoy con este equipo y tiene el mejor futuro: el 1 y 2 del reciente draft de la NBA. Zaccharie Risacher y Alexandre Sarr. El poder francés se viene con todo.
Pero en el partido de anoche se cruzaron con las leyendas Lebron, KD y Curry. El base de los Golden State Warriors logró su primer oro firmando 24 puntos. Del lado francés, el más respondón no fue un NBA, sino un merengue, el madridista Gerschon Yabusele, con 20 puntos. Wembanyama, a pesar de su juventud, no se borro y terminó con 26.
Estados Unidos comandó el partido y resistió cualquier embate de reacción de los galos, que ponían de manera efervescente el estadio. Sin embargo, en la última y decisiva reacción francesa, con una multitud detrás, llegó el Momento Curry. Tal como sucedió en la “milagrosa” semifinal contra la Serbia del Joker Jokic, se puso al hombro el espectáculo, asumió la presión, y con tres triples (el último con doble marca encima y tirando hacia atrás) terminó de definir el pleito. Y le gritó en la cara el triunfo a todo el estadio y a todo Francia.
Primer oro olímpico para Curry, tercero para LeBron y cuarto para Durant. Los autollamados Vengadores, reunidos por LeBron, siguen la estela en los Juegos. La hegemonía de Estados Unidos sigue viva: ha ganado 17 de los 21 torneos de básquet masculino olímpicos. Solo la URSS (Munich-1972 y Seúl-1988), Yugoslavia (Moscú-1980) y Argentina (Atenas-2004) han sido capaces de quebrar el imperio, este último el único que lo ha hecho con jugadores NBA (empezaron a jugar desde Barcelona 1982 con el famoso Dream Team comandado por Jordan, Bird y Magic).
París tenía todo para la fiesta final de los Juegos Olímpicos que terminan hoy tras dos semanas de intensidad deportiva al máximo. No era fácil, enfrente estaba uno de los mejores equipos posibles de la NBA. Con la medalla de plata, se podrá decir que se hizo todo lo posible y que ya no hubo festejos nocturnos. Nada de reproches en el final del juego y solo aplausos para los galos. Aunque la derrota seguirá doliendo por estas latitudes en el deporte que se robó la fiesta olímpica.