Todos los atletas que participan para El Salvador en las Olimpiadas tienen la conciencia de los esfuerzos que realizaron en el país como en el extranjero. Tienen a su patria en su corazón, explicando el orgullo que los anima y la voluntad de ganar, por su trabajo, el respeto y el reconocimiento de sus adversarios.
Para Cancha, Pascal Drouhaud, nuestro corresponsal en Francia con la colaboración de Julieta Kahn, franco-salvadoreña practicando maratón, entrevistaron a Uriel Canjura, unas de las figuras del deporte salvadoreño.
EDH EN PARÍS 2024 - “Sueño llevar la bandera de El Salvador a un podio olímpico”
Originario de Suchitoto, nunca olvidó las horas practicando en el hogar familiar bádminton contra la pared de la cocina. Desde entonces, el camino ha sido largo para llegar a ser seleccionado para ser parte de la delegación salvadoreña en los Juegos Olímpicos 2024.
Autenticidad, humildad, determinación y orgullo lo caracterizan. Pero voluntad en dejar un mensaje para todos los jóvenes y talentos que suenan en lograrlo: nunca dejen de querer llegar lo más lejos posible. Pensamos dentro de muchos, en Gerardo Aguirre, joven campeón de karting de 14 años tanto como en José Antonio Alvarado que se prepara en natación, braza en Los Ángeles 2028.
Uriel, ¿cómo viviste tu primera experiencia olímpica?
¡Emocionado! Es el sentimiento que me anima desde que estoy en París, participando en los eventos de bádminton. Vivo un sueño con los ojos abiertos y siempre más motivado. Es totalmente diferente de lo que había vivido antes: campeonatos juveniles, en El Salvador, en Centroamérica como en el exterior. Vivo en estas Olimpiadas con atletas que todos vienen a competir y quieren ganar. Igual que yo. Ahora el proceso por lo que me toca ha sido largo, difícil. Llegar a los Juegos, era sin dudas uno de mis sueños más deseados.
Emocionado, ¿por qué?
Son 14 años de esfuerzos. Es el tiempo que he necesitado para llegar hasta aquí. Por cierto, he descubierto el bádminton a la edad de 9 años. Mi padrastro trabajaba en Suchitoto, en la federación de este deporte. Tengo tantos recuerdos... Tenía mis 9 años cuando regresó un día a casa con una raqueta de bádminton que me regaló. Aprendí lo que era y obviamente, en usarla porque me gusto el deporte que representa. El bádminton, por cierto, no era tan conocido y me parecía innovador, llevando dinamismo y energía.
Hicimos en el pequeño jardín, una forma de cancha para que empezara a jugar. Cuando estaba solo en casa, practicaba contra la pared de la cocina por horas. En el principio, jugaba para ocupar mi tiempo. Rápidamente se transformó en necesidad y pasión. Me gustó y decidí quedarme, Tengo un hermano, pero como es más joven que yo, no podíamos jugar. Entonces, por las tardes, me ponía a jugar contra la pared.
¿El bádminton hace parte de estos deportes que llegaron en los años 2000 a Centroamérica, cierto?
Claro. No era nada común en nuestra región. El bádminton ha sido más asociado a Asia, que cuenta con campeones internacionales. Desde hace un poco más de 15 años llegó a El Salvador donde conquistó su público, sus deportistas. Estoy seguro de que se expandirá al saber los esfuerzos que exige, la concentración y energía que están asociadas a su práctica. Conmigo, ha sido un encuentro que finalmente en mi vida era obvio.
¿Cómo entrenaste y ganaste su posición en los mejores jugadores del mundo?
Antes de todo, tuvimos que diseñar todo el proyecto para poder clasificar a las Olimpiadas. Se clasifica por ranking en el cual entran solamente 32. Y por otra parte, por resultados directos con los 10 mejores resultados. Entonces, una vez recibo la clasificación, tenía que prepararme, tener la mejor condición posible y estar de la mejor manera. Fui a México a entrenarme dos meses; recibí una preparación física y concluí con el US Open. Es casi como el tenis con sus circuitos y ranking.
Luego pude irme a estudiar en España donde estos últimos 4 años también seguí con entrenamiento y preparación entre 2018 y 2022, jugando ligas, estaba enlazado y por supuesto, nunca olvidé mi pueblo, Suchitoto y con él, mi país. Hacen parte de mí y por donde voy los tengo en mi cabeza y mi corazón. Nunca pensé cambiarme de país. El Salvador está totalmente en mi vida.
¿Qué te sorprendió del mundo olímpico y de los Juegos París 2024?
El hecho que todos se preparan muy bien, tienen el afán y diría “el hambre” en ganar en la cancha. Esta gana tan fuerte me sorprendió. Todos se cuidan para llegar en la mejor condición. Eso te motiva para tu propia preparación. Es decir que si llegaste hasta aquí, ¿por qué no dar los medios para llegar aún más lejos?
Tuvo dos rivales conocidos y referencias mundiales en bádminton. ¿Cómo fue jugar contra ellos en unos Juegos Olímpicos?
Muy duro. Nadie te regala nada y el hambre en ganar es demasiado fuerte. Al final, te ganaste llegar a París, pero debes tener mente y un físico bien preparado para lograr competir con tus adversarios. Ahora bien, en la cancha, lo único que quiero es ganar. Ser el mejor, imagina lo que significa un logro para tu carrera y siempre conservar la conciencia del camino para decirme que puedo estar orgulloso de lo que pude hacer hasta ahora. Mirando alrededor de mí, veo que la humildad es importante, de igual manera que la preparación física. Porque no soy el único en pensar así. La competición es fuerte y como quiero seguir, tengo que seguir con este trabajo.
¿Cómo fue la convivencia en la Villa Olímpica?
Muy bonita, a decir verdad. La villa olímpica es grande. Puedes entrenarte, hacer bicicleta, tener tu propio ritmo. Ahora, quedamos en un espacio donde todos queremos ser los mejores. Entonces está bien organizado. Pude salir a conocer un poco París, sus monumentos tan emblemáticos como la Torre Eiffel y el Arco de Triunfo. Puedes ver otros juegos, y entrenarte obviamente.
¿Cómo es tu vida cotidiana? ¿Tienes un ritmo establecido o depende de los días?
Depende de los días y de los torneos. Me levanto entre las 7 y las 8 de la mañana. Entreno por la mañana entre las 9:00 hasta las 11:30. Luego almuerzo y descanso un poco, media hora antes de volver a entrenarme por la tarde.
La recuperación es bastante importante. He encontrado otras delegaciones ya que vivimos en un espacio compartido. Es muy interesante, ocupo una habitación compartida con mi entrenador, Pedro Navarrete. Los espacios parecen apartamentos.
¿Qué pensaste en el momento de la clasificación y el debut?
Una gran satisfacción. Porque había pasado muchos torneos. Pero al final, tienes esta satisfacción en clasificarte, no solo ir y competir. Se trata de avanzar de rondas. Te dices: al fin, pude lograr la clasificación. Tanto que me costó, gracias a Dios se pudo. Luego, he pensado que tengo que competir más fuerte ahora hacia nuevas metas.
¿Qué te aporta jugar en un club de España?
Aprendí mucho y ahí fue donde mejoré mucho. Cada fin de semana tenemos torneo. No paré de jugar, prepararme y crecer con la más grande madurez.
¿Cuáles son sus nuevos objetivos?
Jugar y llegar a estar en el ranking de los mejores 30 jugadores mundiales. sin duda. Y por supuesto, el objetivo es prepararme desde ahora para las Olimpiadas de Los Ángeles dentro de 4 años. Trabajar y contar con el gran apoyo del INDES y de los patrocinadores privados me parece sumamente importante para poder concretar toda mi motivación y preparación.
¿Cómo concilias tu identidad salvadoreña y el hecho que ya tienes también una conciencia universal?
Nunca olvido de donde soy. Es decir que espero lograr por mi forma de jugar, por este camino “de Suchitoto hasta Francia y el mundo”, motivar a los niños y jóvenes talentos. Es lo mismo que pasa con Kevin Cordón (de Guatemala) que estuvo en Tokio en 2020, tanto como los miembros de la delegación de 2024. Es decir que queremos transmitir una idea sencilla: si lo logré, ¿por qué van a pensar que no se puede hacer?
¿Tienes un mensaje para El Salvador y tus compatriotas?
Muchas gracias. Representar El Salvador es un honor. Gracias por apoyarme. Al final, todos somos del mismo país y queremos lo mejor para El Salvador.