CANCHA tuvo el privilegio de hablar con Alfa Karina Arrué a razón del Día de la Madre. Ella con tres hijos demuestra que cuando se quiere, se puede, que las excusas no van con ella y que su rol de madre jamás le privó de cumplir sus objetivos profesionales, deportivos y afectivos.
Platicamos con Alfa Karina, quien se encuentra en Estados Unidos para sortear su último fogueo previo al durísimo K2, la montaña más difícil de escalar en todo el mundo. La madre de los retos para todos los alpinistas en el planeta, como la final de un mundial de fútbol, durísima y exigente.
Con Alfa Karina recordamos en esta ocasión su más reciente agenda pero sobre todo, su lado maternal, las experiencias con sus hijos. Cada recuerdo con ellos le genera risas, carcajadas, y enormes sentimientos de ternura pero también de inmensa responsabilidad.
Y con ustedes, damas y caballeros, Alfa Karina Arrué, una madre, atleta, profesional y heroína nacional. Una luchadora con todas las letras, un testimonio para actuales y nuevas generaciones. Maternidad y deporte al máximo.
¿Cómo han sido todos estos años de montañismo junto al rol de madre?
Pocas mujeres, solo el 6% de alpinistas que hacen 8 mil son mujeres, es un reto grande para mí como mamá. El fin de semana logré estar con los niños previo a mi última expedición previo al K2. Siempre los veo antes de partir, tomó unos días exclusivos solo para ellos porque son varios más los que pasamos incomunicados. Como en este deporte uno pierde comunicación, entre las montañas no hay manera de charlar. Es un reto, pero es algo que sí se puede hacer, toca más duro como mamá, porque los niños tienen que saber y entender. Con tantos años ya saben ellos, aprenden y me apoyan. Se sienten contentos con mis logros.
En los primeros días fueron seguramente más difíciles
Fue súper sacrificado porque ellos estaban en el colegio, para poder sacar mis entrenos debía partir a las 3:00 a.m. para entrenar y luego a las 6:00 a.m. preparar todo para el colegio y de ahí el día normal. El trabajo, las clases extracurriculares. Mi hija mayor terminaba sus ensayos con la orquesta a las 10:00 p.m., dormía a las 11:00 p.m. o y media para luego despertarme y emprender de nuevo a las 3:00 a.m. Tengo dos niñas y un varón, la primera es Andrea, la de en medio es Sheida y el niño, el menor, es Badí.
¿Qué tanto se han interesado ellos por el montañismo?
Ellos desde pequeños los llevé a acampar, de hecho han hecho muchos volcanes de El Salvador. Acampar es tan precioso, pero no les gusta ir a sufrir como a mí a la montaña, sólo les gustan volcanes chiquitos y acampadas familiares. Ir al río, a una cascada, ya cuando les decía a un volcán sufrían. Pero yo les decía que era fácil, y se enojaban conmigo porque decían "¡vos dijiste que era fácil y está difícil" (risas). A veces hasta me dejaban de hablar y para mí era como súper fácil y ellos me insistían en que no (risas). Siempre les encanta el contacto con la naturaleza, que es algo que yo les he inculcado mucho, el respeto y el aprecio por el medio ambiente. Pero ellos, sus pasiones, se han ido más por el arte. Mi niña mayor está estudiando su carrera en composición musical para cinematografía, ha pertenecido también a la filarmónica nacional, a la JOCCA (La Joven Orquesta y Coro de Centroamérica), ella está estudiando en México también, ha tocado con la Filarmónica de Ciudad de México, la Orquesta de Mujeres. Sheidi está estudiando Diseño Gráfico, le gusta mucho dibujar, el arte. El chico igual, a él le gusta tocar Cello y su pasión es el fútbol, él se ha ido por ese lado. Organiza torneos y le encanta el deporte. Todos los humanos somos diferentes y tenemos distintas pasiones, mi tarea y trabajo como mamá es apoyarlos al cien por ciento en lo que ellos decidan, no los obligaré o presionaré a que hagan algo que a mí me apasiona, sino que cada uno encuentre su camino (risas). Apoyarlos en sus metas, sueños y aspiraciones.
¿Cuándo fue la última ocasión que compartieron juntos en montañismo?
Son seguidas las ocasiones. Antes de irme a Chile estuvimos en el Lago Tahoe, un poquito de sky, tubing, les encantan las montañas con nieve, pero disfrutándolas. A mí me gusta sufrirlas (risas). El pasado fin de semana estuvimos en Sacramento. La semana pasada Badí regresaba de un campamento en Yosemite. Tienen ese gran amor por la naturaleza.
Una experiencia fuera del deporte con ellos
Muchas, muchas lindas. En Conchagua, creo que tiene el mejor amanecer de toda Centroamérica. Fuimos todos, tenemos esos recuerdos. Llevamos a todos los primos y primas, hicimos un viaje familiar, fogata en el bosque, el amanecer desde la montaña. Recuerdo cuando subieron también por primera vez al Volcán de Santa Ana. Badí tenía apenas tres años y yo pensé que me iba a tocar cargarlo, pero lo subió completamente. Sheida hizo completo el Volcán El Chingo y hasta le dieron su certificado, la pobrecita a mitad del volcán me decía ¡no ya no! ¡ya no aguanto! (risas). Cuando le dije que tendría un premio, un reconocimiento, ya bien contenta siguió con su primita. Siempre tratamos de involucrar a sus primos. El más divertido fue cuando la gente de Red Point hizo una actividad para subir el Volcán de Izalco y ayudarme a recolectar fondos para el Everest. Llevé a mis tres hijos, pero no por la ruta común, dura, sino una más larga por San Blas. Los pobres iban que se morían, en ese entonces mis hijas ya estaban casi saliendo del colegio, entonces querían pintarse el pelo de colores. Entonces yo les decía que no, que aún no. Una de rosa y otra de morado, entonces cuando las vi que ya no aguantaban, les dijo a mitad del volcán que si llegaban a la cumbre "las voy a dejar que se pinten el pelo del color que quieran". En serio ¡no las volví a ver a la cumbre! llegaron (risas). Tenemos varias anécdotas juntos.
A ellos no les gusta sufrir, seguramente con tantos años ya sabrán defenderse en alturas
Ya saben defenderse un poco, cuando les digo que será fácil, aunque ellos digan que es mentira... Hubo una vez que les dije a las niñas que sería fácil. En Chalatenango, en Chorro Blanco, es relativamente fácil, íbamos en auto, pero a la amiga quien llevaba el vehículo le dio miedo ir muy adentro así que nos quedamos como a medio camino y nos tocó caminar bastante. Entonces ellas me dijeron bien molestas ¡mami, nos volviste a engañar, dijiste que íbamos a llegar cerca! y yo les dije que les prometí llegar lo más cerca en carro. Luego ella lo cuenta, dicen que siempre las engaño, que vamos a caminar poquito... ya conocen varios senderos.
¿Podrá verlos este 10 de mayo?
Lastimosamente no. Los diez de mayo son las fechas que más me gustan, por mi mamá, mis abuelas, mi persona. La expedición dura alrededor de un mes, estaría terminando mi aventura por el Denali en Alaska a finales de mayo o principios de junio, dependiendo del clima. Ellos saben que me estoy preparando muy bien para el K2, que será mi top como montañista, el reto más grande de mi carrera. Mis hijos me apoyan mucho emocionalmente, saben que tengo que ir muy bien en ese apartado, para que yo pueda ir fortalecida.
¿Cómo está su recta final para el K2?
Esta montaña, el Denali, es la más alta de Norteamérica, mide poco más de 6,100 metros sobre el nivel del mar. Tiene la característica de ser muy dura porque se hace un desnivel de más de 4,000 metros. Empezamos a los 2,000 y luego se hacen los restantes en condiciones muy duras. Esta es conocida como la montaña más fría del planeta, a pesar tener lo que posee de altura, en comparación a otras, las condiciones climáticas es como si estuviera en una cima de 8,000 metros. Esa es la razón por la que la escogí para el entreno final. Es como si estuviese en el Himalaya, inclusive se esperan temperaturas entre -40 y -60 grados centígrados. Estamos hablando de primavera, no me puedo imaginar en invierno. Estaré con condiciones climáticas muy duras, eso me fortalecerá física y mentalmente para el K2. Con bastante nieve, eso me hará utilizar raquetas para las extremidades inferiores para no hundirme. Dependemos de las ventanas de buen clima. No tengo una fecha fija pero es un aproximado de un mes, máximo seis semanas. Inicié el 08 de mayo, y mi permiso para escalar, como en otras montañas, termina el 10 de junio. Mi viaje a Pakistán es el 13 de junio, tengo que estar en Islamabad el 15 de junio. Espero que el clima me permita hacer la cumbre, pero el objetivo principal es el entreno. Si el clima lo permite haré cumbre, pero sino, el entreno es ganancia para K2. Mis descansos han sido de una o dos semanas, pero sí entrenos de fuerza y resistencia. Ya esta es la recta final para mi mayor reto. En el mundo del alpinismo, si logro la meta, me convertiré en la primera persona en Centroamérica en lograr la cima del K2, la región aún no tuvo a nadie allá. Quiero tener ese récord nacional y regional. Hay una estadística muy bonita en K2: hay más astronautas quienes fueron al espacio que personas habiendo escalado el K2, eso ya te dice mucho. He entrenado todo lo que ha estado a mi alcance, la bendición de Dios que las condiciones climáticas lo permitan, dependemos de varias cosas. Le ruego a Dios y a la montaña que nos ayuden a lograrlo.