Hulk Hogan fue un luchador quien dedicó varias décadas de su vida al "sportsteiment" en los Estados Unidos de América.
Desde los cuadriláteros, Hulk Hogan se reventó en una cantidad ingente de fines de semanas llevando entretenimiento a muchas generaciones de espectadores.
No sólo estadounidenses, sino también de toda Latinoamérica.
Ahí donde la extinta "WWF" ahora WWE era televisada en señal abierta por muchos países de nuestra región y de habla hispana.
No sólo esas épicas luchas contra toda clase de adversarios, sino también siendo un dibujo animado en la "vintage" serie animada de "Las Aventuras de Hulk Hogan".
Una caricatura estelarizada por el propio Hogan y varios peleadores de la época.
Aquellas mañana de sábado, a inicios de los años noventa, Hogan y sus compinches hacían de las suyas en el Canal 4 primero desde los "dibujitos".
Luego, aparecían en directo para jugarse la vida en el ring antes de que "Fin de Semana" abarcara casi toda la tarde sabatina en el "Tradición en Deportes".
Uno de sus clips más memorables como luchador fue cuando levantó y venció en un combate a "André El Gigante", un "enemigo" de los cuadriláteros pero amigo en la serie animada.
Hogan junto al "Capitán Lu", el "Perro Feroz", André, Wendy Richter entre otros contra Roddy Piper, el Sheik de Hierro, Nikolai Volkoff, Mr. Fuji y varios más.
Pese a sus escándalos fuera de la arena, Hulk Hogan es una de esas personalidades con la capacidad de unir a todo un país.
Sus gestas épicas siempre le hicieron objeto de admiración entre niños y adultos. Alguien quien jamás se arrugaba ante nadie en el ring.
Recientemente, se le vio a Hogan en un mitin republicano en los Estados Unidos.
Lo difícil que debe ser para alguien tomar postura para unir a todo un pueblo, dividido por distintas ideologías y pareceres.
Hay figuras del deporte capaces de reunir a millones de personas quienes piensan distinto para trabajar por un objetivo común. Por el condenado bien común.
Una clase de política casi inexistente en el globo, porque hay disputas de disputas.
Pero vale la pena intentarlo, sino recordemos a Didier Drogba cuando sumó a la paz en su natal Costa de Marfil.
Didier Drogba dio la cara y el pecho por su país, quería la paz y logró detener un conflicto complejo.
Unos lo tildaron de estar en un bando específico, otros más adelantados entendieron que Drogba no hablaba de colores. Hablaba de paz.
Si bien Hogan decidió hablar desde un costado específico del terreno en la política partidista, tiene el arrastre suficiente para mover masas en favor del bien común, de luchar por ello así como lo hizo él en su vida profesional.
Los más polarizados dirán "se quemó", "se dio color", "si tanto quería pudo haberlo hecho él sólo". A él le da lo mismo.
Pero de nuevo, quienes saben que la vida es más que blanco y negro, pueden reconocer de lo que Hulk Hogan habla. De luchar con todas las fuerzas porque nadie regala nada.
De enfrentar los problemas y buscar soluciones por el bien común. De volver a hacer grande a Estados Unidos.
Nación con techo de cristal pero que sirve de hogar y refugio para millones de salvadoreños expulsados por la indiferencia y otros tantos males.
En la vida no se pueden luchar todas las batallas, pero se pueden escoger cuáles luchar. Hulk Hogan ya eligió la última quizás dentro de la esfera pública.
No cualquier estrella del deporte "se moja" por su país, aquí rescato que Hulk Hogan deja saber sus convicciones y simpatías al margen del qué dirán; como cualquier persona en su plena libertad puede hacerlo.
En libertad, y sin miedo, sin temor a represalias, a la antipatía, al desprecio, al odio. Ahí donde verdaderamente se es libre.
La de hacer conciencia que al margen del color que apoyes, para que luches por vos y los demás. ♪ Pam, pam, pam, pam, pam, param, pamparam, pamparam ¡Hulk, Hulk! ♫