En un torneo irregular, los cuartos de final dejaron en el camino a dos grandes favoritos. De los tres equipos que habían marcado la diferencia en la fase regular, apenas pasó uno -Cacahuatique- y por penales, después de perder su partido. Adiós a Águila y Firpo, dos protagonistas casi excluyentes de la primera fase alternándose el liderato y que ahora deberán ver por televisión del Apertura 2024.
Las series se caracterizaron por su paridad. El clásico nacional fue el ejemplo. En 180 minutos donde se pegaron y discutieron más de lo que jugaron -quizás ahí ganó el FAS-, se definió por un jugador que es desequilibrante en esta liga que hace un culto de las incursiones ofensivas por derecha: Bryan Tamacas. El penal de Tejada -va camino a convertirse en figura del torneo- que se le escurrió por abajo del cuerpo a Benji marcó la mínima diferencia que clasificó a un equipo que había terminado 18 puntos abajo de su rival en la fase regular. "En los clásicos no hay favoritos", capítulo mil. Y Águila, quizás el mejor equipo salvadoreño del semestre tanto en el plano nacional como el internacional, se quedó sin el pan y sin la torta, con las manos vacías. ¿Qué duda cabe hoy que el partido bisagra de FAS fue aquella goleada al Alianza?
Justamente el Alianza cerró su participación en un torneo que nunca le sentó bien. Se despidió muy rápido y sin gloria el campeón que se quedó sin argumentos para superar a un Metapán sólido y silencioso. A tono con su fase regular, los albos fueron un equipo previsible, sin variantes y con extranjeros que estuvieron lejos de marcar la diferencias como en otras épocas albas.
Honor a quien honor merece, en este caso a los protagonistas de la semifinal "sin ruido" Cacahuatique y 11 Deportivo. El equipo de Tito Corti sufrió contra un equipo -Limeño- que se había reforzado como para campeonar y terminó despidiéndose rápido. Los cafetaleros -modestos y envalentonados- siguen sin despertar de su sueño. Y la notable progresión del Tanque Fronterizo, el curioso equipo que se metió en semifinales sin dirigencia y con sueldos atrasados. Los -ex- dirigentes deberían imitar el trabajo de sus jugadores en la cancha: orden, perseverancia y triunfos.