De Sonsonate para el mundo, Marcelo Arévalo sigue haciendo historia en el tenis salvadoreño. El gran deportista que tiene hoy el país, levantó una bufanda azul y empezó a gritar “El Salvador, El Salvador” desde la tribuna del Philippe-Chatrier, la principal pista de Roland Garros, ante 15 mil personas que no paraban de aplaudirlo.
El saludo con sus padres, su esposa y su hijo Marcelito se convirtieron en tendencia en la cúspide del tenis mundial. Otra vez Chelo conquistó un Grand Slam, el único centroamericano que lo ha logrado, y por duplicado festejó en el torneo de tierra batida más importante del mundo.
Chelo Arévalo, un campeón con su particular festejo
De aquel niño que seguía a su hermano a los entrenos en Salinitas a este doble campeón del mundo que no se olvida de sus orígenes. Esa bufanda azul, lo certifica.
Del otro lado del mundo, en Surinam, la Selecta volvió a una victoria dos años y 23 partidos después de la última sonrisa. Como aquella del 2022 también fue ante una pequeña isla caribeña, cuyo nivel de fútbol es de lo peor que se pueda ver en las eliminatorias.
Así y todo a la Azul le costó demasiado, quizás presa de sus propios errores y nerviosismo…
#Selecta #Eliminatorias
— Cancha EDH (@CanchaEDH) June 9, 2024
Se cortó la racha; muchísimo para mejorar.
Por @Gusflores21 pic.twitter.com/jFdBcuTYlB
La pálida imagen y los dos puntos dejados ante Puerto Rico no le dan ningún margen de error en esta extraña eliminatoria de Concacaf, que volverá a ver competencia dentro de un año.
De los seis puntos que se presupuestaban en el inicio de eliminatorias ante dos rivales débiles, se consiguieron cuatro. Y sin brillo futbolístico. Muchísimo para trabajar y mejorar.
Del Chelo a la Selecta, la cara y cruz del deporte salvadoreño.