La oscuridad de un sol que no brilla desde 1982 con la clasificación al último Mundial persigue a una Selecta que sigue en penumbras, de la que solo podrá ver algún hilo de luz con un resultado positivo mañana. Enfrente estará la flojísima selección de Martinica, que le asestó el viernes otro duro golpe a un equipo que no encuentra respuestas técnicas, tácticas, físicas ni anímicas a una realidad que la sobrepasa y la aplasta una y otra vez.
Vamos por parte. El nuevo ciclo del entrenador Rubén de la Barrera empezó de la peor manera. ¿Se podían esperar algunas desinteligencias tácticas y organizativas en el equipo? Sí, y hasta era casi lógico: el entrenador recién conoce el fútbol salvadoreño y apenas había cumplido un par de entrenamientos con el plantel completo. Y el decidió poner en cancha era un once absolutamente inédito. Por eso era entendible no esperar demasiado desde lo colectivo.
Pero lo que no se podía imaginar de ninguna manera era una performance individual tan baja de la mayoría de los jugadores. Un ritmo lento, cansino, exasperante; hasta en cámara lenta. Y lo que es peor, la falta de intensidad mostrada por algunos seleccionados. A ver, era un partido oficial de la Selecta. Ni más ni menos que eso.
Más allá de errores puntuales, de falta de asociaciones, de nula picardía (apenas los intentos de Menjívar en el primer tiempo y Kevin Reyes en el segundo) lo más preocupante que mostró la Selecta fue justamente esa falta de intensidad. El verdadero compromiso con la Azul queda aún más en entrevero con ciertas ausencias. Hoy es conocido, por ejemplo, el caso de Amando Moreno, quien fue dado de baja oficialmente por la Fesfut por una lesión y el mismo viernes apareció jugando un partido … ¡de USL! Se suma para este segundo partido. Insólito por donde se lo mire.
Además, las ausencias de Eriq Zavaleta y Alex Roldán hicieron ruido y debieran ser explicadas. En el caso de Zavaleta, tras su declaración del 1 de octubre -“tengo mucho que pensar para volver a la Selecta” - por el nacimiento de su hijo, dos días más tarde viajó a Seattle y a Minneapolis por compromisos con LA Galaxy. En el primer partido de ellos ante Sounders no fue convocado; y en el segundo estuvo en el banco sin ingresar (goleada del Minnesota United 5-2). Tampoco fue convocado el sábado en el empate 2-2 ante Real Salt Lake. Por su parte, Alex Roldán fue titular en el 0-0 ante Vancouver el 7 de octubre y su equipo no jugará hasta… el 21 de este mes.
Volviendo al tema central, está más que claro que los cambios de entrenadores de la Selecta no son la raíz, ni por asomo, del mal nivel que han venido mostrando las distintas versiones de El Salvador. Seguir discutiendo si ‘este sí’, ‘el otro no’, ‘Hugo fuera’, ‘Hugo volvé’ es una estéril pérdida de tiempo. Se dijo aquí decenas de veces: hasta que no cambien drásticamente las condiciones en el fútbol nacional, será muy difícil tener un verdadero equipo competitivo. Solo cambiaría este panorama una generación espontánea de cracks decididos a jugarse todo por la Azul y Blanco.
El estadio Mágico González tendrá mañana su veredicto. La última vez terminó con gritos de reproches hacia el DT y una candente conferencia de prensa. Otra vez determinará la suerte el resultado: cortar esta racha negativa de 16 meses sin triunfos es la obsesión y el deseo, pero no significará el inicio de un cambio. Este llegará con un listado extenso de prioridades que todavía están por resolverse. Es la única manera de que el eclipse no sea total y aparezca algún rayito de sol entre tanta oscuridad.