“Dar y hacer todo, para ser merecedor de su confianza, y así, contribuir a que se sientan orgullosos de su patria a nivel futbolístico”. El 6 de octubre se anunciaba su llegada a la Selecta y Rubén de la Barrera posteaba este texto en sus redes sociales. Hoy, 90 días después, ni dio todo, ni somos merecedores de su confianza, ni contribuyó con orgullo… ni nada de nada. Todo farsa.
Palabras muy parecidas dio ayer -apenas horas después de anunciar su salida de la Azul- en su nuevo equipo, el Vizela de Portugal, donde ya dirigió su primera práctica.
OPINIÓN: ¿Y ahora, quién podrá salvarnos? La Selecta, otra vez sin DT
A ver, Rubén de la Barrera está en todo su derecho de elegir dónde quiera dirigir y en el lugar que más le plazca. Todo contrato tiene cláusula de rescisión para ambas partes y el de la Fesfut con sus entrenadores no es la excepción. Pero la realidad es que se paseó en la Selecta; le importó poco y nada dirigir a este Seleccionado azul mientras buscaba “pescar” alguna otra chance.
¿Por qué farsa? Primero porque se presentó como un proyecto serio y a largo plazo con un camino cuyo foco principal serían las eliminatorias mundialistas; pr cierto, eliminatorias que para El Salvador comenzarán en poco más de 5 meses. Y como horizonte final, el crecimiento de los jugadores y el fútbol nacional. Sí, no es sarcasmo.
Como tampoco fueron sarcasmo las palabras del director deportivo Diogo Gama esgrimiendo una insólita frase: “esto es una victoria para El Salvador porque se va un técnico de aquí a Europa”. Parece broma, no lo es. Ya basta.
Se confió en un DT de poca palabra. No es nuevo esto de estar negociando mientras se dirige a la Selecta, como si fuera la Azul material descartable. Esto no es de ahora, viene de larga data. El caso de Rubén Israel (QEPD) es conocido: mientras dirigía a la Selecta, el gran jugador paraguayo Pedro “el Cabo” Sarabia confirmaba al programa El Desempate que haría dupla con Israel… en Libertad de Paraguay. Corría el 2012 y después de desmentidas varias, se puede afirma que hicieron un trabajo aceptable… en el equipo paraguayo, claro.
Hoy, el entrenador gallego llega de manera parecida al humilde Vizela, uno de los equipos más chicos de la Primera portuguesa, en zona de descenso y con un coqueto estadio donde no entran más de 6 mil personas y difícilmente se agotan las entradas. Es imposible creer que ese pequeño equipo se interesó de manera directa por un entrenador sin experiencia, desconocido y que su llegada no haya sido producto de negociaciones extendidas con su agente, quien hizo gestiones ante ese equipo y cualquier otro.
Hay que recordar que antes de El Salvador, De la Barrera estaba en la tercera categoría española, una división semiprofesional. Y tampoco su brevísimo paso por la Selecta ayudó a su currículum: cuatro partidos, una derrota y tres empates ante las selecciones de Martinica y Curazao. Casi que mejor borrarlo…
Triste: les importa poco o nada la Selección de El Salvador o trazar un proyecto, ya no digamos a largo, sino a mediano plazo para intentar mejorar la realidad de un fútbol decadente. Hablan de procesos y ni siquiera respetan la mínima palabra. Ese respeto que se le falta seguido a la Selecta y, seguramente, no merece ni la camiseta, ni los aficionados.
Hoy ya no es tiempo de seguir inventando. Con el partido ante el Inter de Messi a la vuelta de la esquina -promocionado por el propio gallego, je- y las eliminatorias demasiado cerca, no es tiempo de que llegue alguien que no conozca el medio a empezar otra vez de cero y explicarle de jugadores, canchas, deficiencias, etc, etc, etc…. Es tiempo del Zarco, de Chochera, de Corti o de quien les plazca pero que tenga conocimiento de futbolistas y realidades del fútbol salvadoreño.
El tema, el gran tema es que hay una selección de fútbol de un país en el medio. No es poca cosa, aunque algunos nos quieran hacer creer que sí. Hasta aquí, todo mal. Ya no nos sigamos hundiendo solos…