El enemigo está en casa. Los problemas en la Selecta se repiten a través de los años y los técnicos. Ahora los hermanos Gil, dos jugadores que pueden aportar mucho a una Azul desteñida, ya no llegarán por los dichos del entrenador.
Pierde la Selecta: Cuando el entrenador David Dóniga decide hacer pública las actitudes de los dos hermanos Gil, Brayan y Mayer, quienes inmediatamente después de escucharlo deciden abandonar el seleccionado salvadoreño. Más allá de la poca autoridad del entrenador para sentar precedente en el momento, hablarlo en la intimidad y de las actitudes casi infantiles de los jugadores, la que se resiente es la Selecta, que lejos de sobrarle jugadores como ellos, las últimas actuaciones del equipo demostraron que los hermanos colombianos salvadoreños podían aportarle mucho a la Azul. No será posible.
Pierde la Selecta. Cuando Dóniga menosprecia al periodismo salvadoreño y decide hacer estas revelaciones en un medio internacional en una entrevista sin repreguntas. A los medios nacionales siempre le negó los problemas con los Gil, e inclusive mostraba cierta molestia al preguntársele por ellos. "No hablo de los que no están", repetía. Hasta que al final, sí habló de los que no están. Y para que no vuelvan a estar.
Pierde la Selecta. Cuando los hermanos Gil tienen actitudes que no se condicen con jugadores profesionales y menos representando a un país. Mayer admitió que entrenó a desgano porque estaba molesto por no ser titular y estar 12 días sin jugar en un momento que era habitual inicial en Copa Sudamericana (se debe admitir que es una excepción para un jugador salvadoreño). Pidió disculpas, pero parece que no fue suficiente para el DT. Antes, Hugo Pérez había confesado que Marvin Monterroza había tenido una actitud similar cuando hizo el calentamiento previo a desgano en un partido, enojado por no haber estado en el once inicial. ¿Qué pasó? Ya no fue convocado. ¿Quién perdió? Si, otra vez. Y como si fuera una broma del destino -ensañado con la Selecta- Brayan acaba de marcar doblete y ser figura en la Liga de Colombia.
Pero estas no fueron las únicas veces que han derrotado a la Selecta desde la propia selecta. Al contrario, la cuenta del "enemigo íntimo" viene desde lejos. Solo para mencionar los acontecimientos de los últimos años, bastan estas muestras:
-Cuando los jugadores se quejaron del hotel del Indes y Hugo Carrillo decidió mostrar lo que pedían de premios para enfrentarlos a la opinión pública. Un jugador notable como Arturo Álvarez fue de los más molestos y anunció su salida de la Azul
-Cuando los jugadores se peleaban por los premios, aliancistas renunciaban y Henry Hernández quedó señalado por Monterroza. Equipo quebrado.
-Cuando antes de un partido trascendental (vs. Canadá por eliminatorias a Qatar 2022) los dirigentes comandados por Carrillo reunieron a los jugadores para bajarle los premios. Molestos, los seleccionados amenazaron con no jugar ese partido. Y hasta Roldán y Zavaleta ya iban camino al aeropuerto. Si, horas antes del partido dejaban la Azul para irse a EE.UU. Se perdió un partido clave, no podría haber sido de otro modo.
-Cuando se convoca a un director de Selecciones sin experiencia que trae un entrenador sin experiencia que se va para descender en la liga portuguesa. Y 10 meses después se lo despide, sin explicaciones de una Comisión Normalizadora que hasta ahora no ha dado ningún informe de su trabajo.
Es cierto que al fútbol salvadoreño le falta fuerzas básicas, infraestructura y todo lo que conocemos. Pero también en la Selecta "los tiros en el propio pie" son más que frecuentes. Pobre Azul, perdemos todos con ella.