La respuesta es aparentemente obvia. en los últimos 24 años, Bill Belichick se ha ganado el derecho de terminar esta temporada. Y es verdad. Se ha ganado el derecho.
Sin embargo, después de un día como el del domingo pasado, cuando los Patriots cayeron 10-7 ante los moribundos New York Giants, uno no puede evitar concluir que los Patriots del 2023 en realidad están retrocediendo.
Si ese fuera el único problema, los Patriots podrían tragar profundo y dejar que el año termine antes de que Robert Kraft, dueño de los Patriots, ejecutara una solución elegante y diplomática sobre el futuro del posiblemente mejor entrenador en la historia de la NFL.
Aquí está el problema, los Patriots parecen estar volviéndose más disfuncionales a un ritmo incontrolable. Los jugadores discuten abiertamente con los entrenadores. Los receptores y el mariscal de campo no se entienden.
Y, lo más importante, después de una semana crucial durante la cual se les dijo repetidamente a todos del equipo que estuvieran listos mentalmente, los Patriots lucieron más desprevenidos y nerviosos que nunca, fallando goles de campo, lanzando intercepciones y generando penalizaciones ridículas como que fueran ofertas en Black Friday.
¿Se ve y suena como un equipo que está enfocado?
Ahora bien, dejemos algo muy claro, la decisión de despedir a Bill Belichick no debería ser una opción. A pesar de lo francamente insultante que puede ser tanto para los medios como para los fanáticos, los últimos días de Belichick con los Patriots no deberían, y no pueden, borrar lo que logró a partir del año 2000. Hay demasiadas victorias y títulos de por medio. Pero después de las travesuras ilógicas que Belichick ha hecho durante los últimos dos años, ha llevado a los Patriots ha ser el peor equipo de la NFL.
Al final, los Patriots volvieron a tropezar... otra vez. En el proceso, Belichick causó más mal que bien con su joven mariscal de campo Mac Jones, quien ha retrocedido tanto desde su primer año en la liga que se le está viendo que necesita más de un sicologo que de un entrenador. Si Robert Kraft realmente se preocupara por este mariscal de campo hoy, haría una de tres cosas. Despidiera a Belichick, o le diría a Belichick que sentara una vez por todas a Jones. O ambas cosas.
¿Sucederá algo de esto? Quizás... O quizás no. A estas alturas, con solo seis partidos por jugar, los Patriots tienen una marca de 2 victorias y 9 derrotas y acaban de perder lo que pudo haber sido el partido más ganable de su temporada.
Si terminan su temporada sumando apenas 2 victorias y 15 derrotas (lo cual es muy pero muy probable), estarían igualando el récord de derrotas de la franquicia. Si ese fuera el resultado, la pregunta sobre el futuro del legendario Bill Belichick no será si será despedido… sino cuando.