El juego se termino como se pensaba que podía haber sido desde hace varias semanas, incluso meses, los Lakers de Los Ángeles, una de las más grandes dinastías en la historia de la NBA y que junto a los Celtics tienen la mayor cantidad de títulos en la liga, el que fue ha visto desfilar entre sus filas a varias de las más grandes estrellas como Wilt Chamberlain, Magic Johnson, Kareem Abdul Jabbar, James Worthy, Kobe Bryant, Lebron James; han quedado sin posibilidades de meterse a los playoffs tras caer derrotados ante los Phoenix Suns en la jornada del martes.
Faltaba solo la matemática para condenar a Los Lakers a acabar anticipadamente su temporada y la debacle se concretó, más temprano, los Spurs confirmaron su excelente momento de forma con una gran victoria en Denver y obligaron a los de Los Ángeles, sin el lesionado LeBron James, a ganar en el campo del mejor equipo de la NBA.
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Los Lakers, ya estuviera fuera o en el "play-in", han ido cayendo al abismo en dos temporadas complicadisimas con las lesiones y de revoluciones sin sentido en los despachos. No interpretaron bien la importancia de jugadores como Alex Carusso y Kentavious Caldwell-Pope para el equipo, siendo Frank Vogel un entrenador defensivo le quitaron todas las herramientas defensivas y eso se notó, la defensa de los Lakers fue pésima.
Con el objetivo de añadir puntos y talento y de encontrar fuentes de producción más allá de un LeBron James de (ahora) 37 años, enterraron las señas de identidad de un equipo campeón y no encontraron nada a cambio, solo miseria. Del título de 2020 al play in y la eliminación en primera ronda contra los Suns (precisamente) en 2021 a este adiós sin llegar siquiera a la repesca en 2022. Un fracaso estruendoso, uno de los mayores desastres de la historia de la NBA.
Un equipo de LeBron nunca había perdido 48 partidos (van 31-48 ahora) y uno de los dos favoritos al título según las apuestas de pretemporada nunca se había quedado fuera de playoffs (el otro en octubre eran los Nets). Las casas de apuestas de Las Vegas proyectaban 52,5 victorias de los Lakers que llevan 21 menos a falta de tres ya inservibles partidos que solo servirán para completar el calendario y que nadie querrá jugar, salvo quizá el propio LeBron, que necesita asegurar el mínimo de presencias en pista para aspirar al título de Máximo Anotador.
Su temporada es compleja: más de 30 puntos de media en su año 19 en la Liga, tremendo, pero un cuarto de curso fuera de las pistas por lesión y su cuota de responsabilidad en el tremendo caos que le ha rodeado.
A mitad de temporada, y después de haber tenido un calendario en teoría cómodo, los Lakers estaban con un pobre 21-20. Desde entonces, y con el camino más complicado, es un 10-28, 3-13 en los últimos 16 partidos y siete derrotas consecutivas ahora para sellar el adiós a la repesca, superado por Pelicans y Spurs, dos equipos que están acabando mucho mejor que ellos pero que estuvieron muy por detrás, demasiado para que todo esto tenga la más mínima justificación.
Las lesiones influyen, desde luego. No es que estos Lakers no sean aspirantes al anillo, pero tampoco se esperaba que no estuvieran ni en play-in. El “big three” LeBron-Anthony Davis-Russell Westbrook solo ha jugado 21 partidos (11-10 en ellos). LeBron se ha perdido ya 23, incluidos cuatro de los cinco últimos.
Los Lakers están fuera de playoffs: las claves de una debacle histórica
En 48 días solo ha compartido pista una vez con Anthony Davis, que ha faltado media temporada y que incluso ahora, en la recta final, está jugando visiblemente tocado en un tobillo. ¿Qué queda para los Lakers? Cambiará toda la plantilla, seguramente, menos LeBron James y Anthony Davis. Y probablemente Austin Reaves, y se verá qué pasa con un Malik Monk que será agente libre.
Habrá que buscar una solución al enorme desastre que supuso el traspaso por Russell Westbrook (tiene una player option de más de 47 millones para la próxima temporada), y habrá que encontrar entrenador. Por el momento hay más preguntas que respuestas y se está recogiendo la cosecha de lo que se ha sembrado: un fracaso colosal que ya es historia de la NBA.