Alguna vez, allá lejos en el tiempo, fue “gol” o “campeón”. Luego, tristemente, el término de moda fue “amaños”. Hoy, son “homologación” y “estatutos”. Las palabras más usadas en el fútbol salvadoreño, últimamente, nada tienen que ver con el campo de juego.
Lo cierto es que las definiciones están próximas en el fútbol nacional. Fuera del campo... y también adentro. Fue convocado en forma pública (no oficial, hasta el momento) el Congreso Extraordinario con todos los actores del fútbol: Primera, Segunda, Tercera “profesionales” (con muchas comillas) y las siempre importantes ADFAS (en trabajo y en votos). Este Congreso deberá dilucidar si finalmente homologan o no los “benditos” estatutos.
OPINIÓN: Fútbol en El Salvador: soñar en el campo, sufrir afuera
¿Por qué no se citó antes a que decidan las estructuras del fútbol y se llegó a este punto límite de tira y encoje? La intervención de FIFA y una posible suspensión, que se dejó entrever en la conferencia de la Fesfut, sería el peor de los desenlaces para el ya maltrecho fútbol salvadoreño.
Dentro del campo, el fútbol sigue su marcha y, a contramano de los escritorios, aquí se espera lo mejor. Esto es, de cuartos de final en adelante. Alianza (que por otro lado, ya declaró su belicosidad a los entrenadores de Selecciones) es otra vez, el candidato natural por plantel y presupuesto: la obligación de siempre es el título.
Los albos, junto con Águila y Chalatenango fueron, y por mucho, los mejores en la fase regular, ante la irregularidad del resto, si el juego de palabras lo permite. Sin embargo, el cruce de cuartos, será especial para Alianza. Un Firpo que no termina de afianzarse pero al que ninguno de los favoritos quería cruzarse, será el encargado de medir las fuerzas albas en el cruce de grandes de esta primera fase.
En el orden de favoritos, sigue el Águila, con una serie a priori más despejada, más allá de la fortaleza que ha demostrado Jocoro en Tierra de Fuego en definiciones mano a mano. Sin embargo Águila (el mejor de visita) le ganó en su territorio en este torneo.
El Chalate, que se había inmiscuido entre los grandes y fue puntero varias fechas, se cayó en la recta final pero es otro de los equipos a tener en cuenta. Tiene talento bien guiado. El FAS, lejos de sus brillos y enfrascados en altos y bajos constantes, basa sus opciones en la conducción de Landaverde y los goles de Bladimir. Pero en el banquillo hay un DT que conoce como nadie al torneo nacional.
En ambos casos, adentro y afuera del campo, las cartas están echadas. La hora de las definiciones no tarda, aunque hoy por hoy sea una quimera adivinar como se terminarán resolviendo las cosas...