El domingo se antojaba una tarde/noche espectacular para todos los amantes de la NBA, dos séptimos partidos, “las dos mejores palabras del deporte”, como decía el mítico Pat Riley. Después de una primera ronda en la que no hubo ni uno solo de estos partidos definitorios, en los que no hay mañana, en el que, o ganas o vas a casa, el famoso “win or go home” al que los que llegan a este punto tanto le temen, no hay más, en ese duelo se puede definir el futuro de la temporada.
A primera hora, en el primero de los dobles 7, se definía la que hasta ahora ha sido la serie más pareja de estos Playoffs, los Boston Celtics y los campeones vigentes, Milwaukee Bucks definían al rival del Miami Heat (que se frotaba las manos viendo como estos dos se mataban entre sí) en la final de la Conferencia del Este, en la que había sido una serie muy física y con arbitraje bastante permisivo y polémico hacia uno y otro lado.
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Pero el equipo del trébol haciendo gala de su aguerrida defensa y gracias a los triples de un invitado inesperado, Grant Williams que estuvo muy acertado desde detrás del arco, terminaron con las aspiraciones de revalidar título de los Bucks al derrotarlos 109-81 y ganar la serie 4-3.
Williams terminó con 27 puntos, 6 rebotes y 7/18 en triples para liderar el ataque del equipo verde y convertirse en el tercer jugador en la historia de los Playoffs en anotar siete o más triples en un séptimo juego, espectacular, pero no estuvo solo, Jayson Tatum anotó 5/9 y Payton Pichard 4/6, en total, los Celtics tuvieron 22/55 detrás del arco, la cifra más alta en la historia de la franquicia.
Por los Bucks, Giannis Antetokounmpo anotó 25 puntos y capturó 20 rebotes y entró a la historia como el primer jugador que anota 200 puntos, 100 rebotes y 50 asistencias en una serie de Playoffs, el griego estuvo a la altura de las circunstancias, lastimosamente no recibió el apoyo necesario de sus compañeros y hoy sí extrañó la ausencia del base Khris Middleton muy importante en la labor ofensiva cuando las opciones se cerraban.
Los Bucks tuvieron una buena primera mitad, pero la defensa de los Celtics les fue cerrando los espacios en la segunda parte y se llevaron una merecida victoria.
El segundo juego del doble 7, tuvo un protagonista, el que tiene en su camiseta el 77, Luka Doncic, el esloveno, el joven maravilla como le llaman, se encargó de mandar de vacaciones al que había sido el mejor, o por lo menos que había ganado más juegos en la temporada regular. En un partido en el que a los Mavericks les salió de todo y a los Suns nada, el equipo tejano aplasto 123-90 a los subcampeones de la NBA en una exhibición de coraje y buena defensa del equipo de Jason Kidd.
Solo hubo un equipo en todo el partido, los Mavericks que literalmente sacaron de la cancha a su rival, tal fue el dominio que los Suns solo llevaban 27 puntos al medio tiempo, la misma cantidad que Doncic que es el segundo jugador más joven en anotar al menos 35 puntos y 10 rebotes en un juego 7 de Playoffs. La diferencia final de 33 puntos es la segunda más amplia en un séptimo juego en la historia de postemporada.
Los Suns se van por la puerta de atrás dejando muchas dudas, en primera ronda los Pelicans los hicieron sufrir de más y casi no se vio al equipo que dominó la temporada regular con su juego fluido y de opciones ofensivas variadas, y que partía como gran favorito para ganar el anillo, y se esperaba que despertara ante un rival en teoría inferior como los Mavericks, pero no fue así, se vieron apagados, superados y desmotivados durante todo el partido.
Con esto los dos finalistas de la temporada pasada quedan fuera de competencia, se vienen las finales de Conferencia donde se separan hombres de niños, los Celtics enfrentarán al Miami Heat en el Este mientras que en el Oeste los Mavericks se las verán ante los Golden State Warriors.
Se viene lo mejor, disfrutémoslo...