La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024 fue a la altura de lo anunciado: grandiosa e inédita. Nada faltó para que el evento pudiese inscribirse en la historia del deporte internacional: 120 Jefes de Estados mas de 6000 atletas, y París, la capital que quiso reafirmar su status de «ciudad luz». La Torre Eiffel ha sido fuente de iluminación, los fuegos artificiales a la altura de la dimensión del monumento.
El elemento central de la ceremonia ha sido Río Sena que acogió un desfile inédito de barcos contando con las representaciones de los países presentes. Estrellas como la cantante Céline Dion interpretando « el himno al amor » de Edith Piaf, Lady Gaga cantando « la vida en rosa ». Aya Nakamura, la cantante francesa mas escuchada actualmente en el mundo, no faltó.
Guerras en Ucrania con Rusia, tanto como en la franja de Gaza entre Israel y la organización terrorista del Hamas, tensiones en el Mar Rojo. Contexto político inédito con posibles consecuencias por lo menos regionales en los Estados unidos tanto como en Francia. Esta realidad ha sido recordado a traves de la presencia o ausencia de figuras internacionales: el presidente israelí, Isaac Herzog, la primera dama de los Estados Unidos, Jill Biden, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed Ben Salman, encarnaban la actualidad.
El presidente Xi Xinping efectuó una visita de Estado en Francia en Mayo pasado, cuando el primer ministro narendra Modi o el presidente brasileño, Inacio Lula da Silva, tampoco estarán presentes. Ahora bien, la pompa y el aspecto grandioso de la ceremonia hacer parte de la diplomacia, de un « soft power » permitiendo al país organizador mostrar lo mejor de sus capacidades que fuesen culturales, en infraestructuras e organización, tanto como facilitar un dialogo multilateral. Esta dimension coïncide con la carta olimpica que proclama el ideal del « deporte al servicio del desaroollo en harmonia de la humanidad ».
Lleva una universalidad que constituye tanto contraste con el riesgo de una forma de fragmentación internacional a raiz de los conflictos, tensiones y confusión política que atraviesen las relaciones internacionales contemporáneas. Mas que nunca, el deporte contiene esta significación del esfuerzo, del merito, de la dignidad que Paris 2024 tiene la ambición de retransmitir tanto al nivel nacional como global. La ceremonia de apertura que sin duda entrara en la historia por su innovación y el aspecto grandioso del espectáculo, con una dimensión simbólica potente.