El ejemplo suele estar ahí, aunque no lo veamos. En un vendedor de minutas en silla de ruedas, al costado de la carretera a la playa La Libertad. O en un conductor de Uber, con un vehículo adaptado a su discapacidad para poder movilizar pasajeros. La resiliencia, esa palabra tan de moda por estos tiempos, tiene nombre y apellido en el deporte salvadoreño: Jonathan Arias y David Chávez.
Nombres y apellidos desconocidos para la mayoría -incluso para los seguidores del deporte nacional- ellos son los dos deportistas salvadoreños que lograron lo imposible: participar de competencia de invierno, poner la bandera de El Salvador en un evento en la nieve. Estarán en el Mundial de Noruega de Esquí Nórdico y buscarán la clasificación a los Juegos Paralímpicos de Invierno de Milano Cortina 2026. Una proeza nunca antes intentada, o siquiera, imaginada.
Jonathan y David cruzaron sus caminos con Rob Powers, el director de OneTeam El Salvador, fanático del deporte en general y del esquí en particular, para darle vida a esta increíble historia. Él le compró una minuta a Jonnhy y lo invitó primero a surfear y luego a "esquiar" en la arena de El Cocal. Él convenció a David de sumarse al equipo salvadoreño de ParaSurf y luego de ParaEsquí. Ambos instalados en La Libertad para perseguir el sueño de ser paralímpicos de invierno y también de verano (está el proyecto de ParaEscalada y así competir, además, en Los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028). El presidente de la Federación Salvadoreña de Hielo y Nieve, Salvador Salguero, le dio el marco legal, administrativo y el apoyo necesario para poder competir por El Salvador y ser parte de este sueño.
Ambos atletas, quienes fueron víctimas de la violencia que les originó la imposibilidad de caminar, ya habían unido sus caminos hace varios años en la selección de baloncesto juvenil de silla de ruedas y debieron dejar el deporte por el trabajo. Jonathan se dedicó a las minutas y David, al Uber. Hoy, el deporte los vuelve a unir compitiendo en la nieve, aquella que alguna vez soñaron conocer y hoy son especialistas en el deslizarse a bordo de sus esquíes. Tuvieron campamentos previos en Noruega y en Ushuaia, Argentina. Así consiguieron su pase al Mundial, donde competirán el próximo fin de semana. Y así se ilusionan con los Paralímpicos de Invierno. Toda una aventura convertida en sueño; que nadie los despierte.