Museo Louvre Olímpico
El Museo Nacional de Francia, más conocido como Louvre es de los más concurridos del mundo. Sus exposiciones son aplaudidas por los entendidos en la materia como exhibiciones únicas y distinguidas. Pero en estos días, todo pasa por el deporte, por los anillos olímpicos. Y el Louvre también. A un costado de la mítica y fotografiada Pirámide, en el campo abierto, la llama olímpica sube al cielo cada día a las 10 de la noche. Multitudes de más de cien mil personas se dan cita a esa hora para las selfies y los videos. A la izquierda, y más alejada, la Torre Eiffel asombra con un espectáculo de luces para completar la escenografía completa de un espectáculo colosal y admirable.
El rey galo
Lejos de la figura de Mbappé, Griezmann, Wemby u otros deportistas franceses de alto impacto y resonancia en el mundo, el dueño de las portadas de los diarios parisinos y de todo el país fue quizás alguien no tan conocido en El Salvador y la región, excepto por los entendidos en el judo, claro. Estamos hablando del judoca Teddy Riner, un gigante de 2.03 metros de altura y 310 libras que se ha convertido en el deportista más viral de toda Francia. Eminencia del Judo tuvo su consagración máxima en “su casa”, París 2024, pese a que nació en la isla de Guadalupe, aquí hizo su vida y desarrolló su fuerza y talento a través del deporte. Lleva cinco doradas olímpicas en su carrera, las dos últimas aquí, donde es toda una celebridad. Con Teddy ya nadie recuerda a un tal Kylian, quien vio estos juegos con el Madrid, muy lejos de acá.
Los bares nunca cierran.
Una de los maravillosos encantos que tiene París es que también vive de noche. Cuando cerca de las 10 de la noche, la luz del día comienza a irse y la artificial la reemplaza, comienza “otra vida”, la de los bares que abren sus puertas hasta altas horas de la madrugada. Las pequeñas mesitas redondas en las calles, aparecen en cada uno de los rincones parisinos y hasta en las arterias más silenciosas. Esa hora de la noche suele ser concurrida por turistas olímpicos que no van a ver ninguna competencia temprano, o también los voluntarios que después de más de 10 horas al servicio de la organización –sin salario, solo les dan alimentación y transporte gratis- suelen abarrotar los bares en busca de relax y recarga de energía, con la cerveza como el combustible más buscado.