El centro de la escena del fútbol de Concacaf lo ocupó esta semana un salvadoreño: el árbitro Iván Barton, el mejor de la región y con rendimientos top en lo más exigente del fútbol internacional, fue duramente criticado por aficionados y periodistas hondureños que lo directamente lo culparon -falsamente- de ser el artífice de que México clasificara a Copa América en perjuicio de Honduras, que deberá jugar un repechaje ante Costa Rica.
Barton tuvo el “pecado” de adicionar nueve minutos -que correspondían- en el partido entre México y la H, cuando los aztecas necesitaban un gol más para meterse en el torneo continental. La pérdida de tiempo dentro de esos nueve minutos explicó que, luego, Barton adicionara dos más, actuando conforme al reglamento. Y así llegó el segundo gol de México que originó la definición por penales y la consiguiente clasificación azteca. Y la bronca hondureña.
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Se entiende la frustración de perder la clasificación en el último minuto, pero lo de ciertos catrachos periodistas (cuesta llamarlos así porque están lejos de ejercer la profesión) rebasó la lógica: perdieron los estribos y lo acusaron de “ladrón, que debía ir preso, que debían revisar sus cuentas bancarias” y varios dislates más.
Un tal Alex Cáceres, de HCH Televisión Digital, llevó la delantera de los disparates, buscando quedar bien con los fanáticos más radicales sin tener mayores argumentos. Por otro lado, inadmisible que desde los medios se fomenten este tipo de reacciones, quizás contagiados por las barbaridades que se dicen a diario en las grandes cadenas internacionales de deportes. No todo vale por un puntito más de rating o de likes.
En el avión de vuelta a El Salvador, Barton fue el epicentro de las burlas y faltas de respeto de algunos hondureños, a lo que respondió como un señor, sin responder a las provocaciones y manteniendo la calma.
El favoritismo de Concacaf para los países del norte no es nuevo: México, EE.UU. y en los últimos años Canadá, más allá de su poderío económico y de infraestructura avanzada, son escandalosamente beneficiados en escritorios y arbitrajes cuando las cosas se le complican. Dicho esto, hay que decir que Barton actuó de acuerdo al reglamento.
¿Se hubiese hecho lo mismo si hubiera sido al revés, con México haciendo tiempo? Con los antecedentes de la personalidad de Barton podríamos decir que sí pero en realidad nunca lo sabremos. Lo que hay que reafirmar es que el árbitro nacional actuó bien y conforme al reglamento.
Por otro lado, siempre es bueno recordar que el arbitraje es el único estamento del fútbol salvadoreño exitoso a nivel internacional. Ni jugadores, ni entrenadores, ni mucho menos dirigentes, están a su altura. Presente en últimos mundiales, con excelentes participaciones de Joel Aguilar Chicas (Brasil 2014; Rusia 2018) y de Barton (Qatar 2022) y sus respectivos asistentes, que no siguieron dirigiendo en instancias más importantes, quizás por falta de un “padrino” internacional. O sea, muy lejos del resto del fútbol nacional en el fútbol mundial.