Mucho se ha hablado en los últimos años del dominio casi absoluto del Alianza en el lustro 2017-2022 del fútbol salvadoreño, donde llegó a todas las finales en los últimos 5 años, excepto la que jugaron en diciembre FAS y Jocoro; pero que aún y con tal dominio, no le alcanza para dar el salto internacional que tanto su afición como el balompié local en su conjunto necesitan.
El empate del martes pasado ante el Philadelphia Union deja cuesta arriba un nuevo debut en Liga de Campeones Concacaf, que se terminará de definir mañana en el frío de Chester, Pennsylvania, donde se estima que ronde los cero grados a la hora del juego en el Subaru Park.
OPINIÓN. ¿Se viene otra noche mágica para el Alianza?
El pésimo estado del campo de juego no permite hacer valoraciones concluyentes sobre lo visto en el primer partido, pero el nivel del juego fue de malo para abajo. De los dos equipos, aunque quizás la mayor responsabilidad recaiga en el equipo albo por ser local y porque la visita se reservó a varios jugadores que no llegaron a El Salvador.
Alianza debía hacerse fuerte en el Cuscatlán pero no pudo desnivelar nunca a un oponente que no mostró demasiado. La clasificación a los cuartos se le complicó a los albos. Por si fuera poco, además de las bajas albas, una cuestión de visa no pudo viajar el defensor colombiano Camilo Mancilla, en otra aberración deportiva favorable al Norte.
En ese sentido habrá que estar atento a lo que suceda con el Violette de Haití, que le ganó 3-0 la ida al Austin FC pero que podría quedarse afuera del torneo por cuestiones de visa. Es tiempo que Concacaf ponga un freno a estas ventajas deportivas para los estadounidenses.
Por otro lado, cuesta entender como un estadio que se supone el mejor de El Salvador -y en algún momento lejano hasta de Centroamérica- presente un tan impresentable -valga el juego de palabras- campo de juego para un evento internacional.
Está claro que para Edessa la prioridad son los conciertos -y sus ganancias- pero descuidar de tal forma el espectáculo deportivo afecta no solo al Alianza, sino a todo el espectro futbolístico nacional, ya que la señal internacional del partido da a conocer el nivel del fútbol salvadoreño -y sus escenarios- en todo el continente.