En un resurgimiento de lo que alguna vez fue la mayor rivalidad en deporte, los Yankees de Nueva York se enfrentan a los Dodgers de Los Ángeles en la Serie Mundial por primera vez en 43 años. Una rivalidad que solía ser casi anual en los años 50´s y que luego revivió en la década de los 70 ha regresado. Pero no hay drama sin tragedia.
Tres días antes de que iniciara una de las Serie Mundiales más esperadas en la historia, la estrella del último equipo de los Dodgers que derrotó a los Yankees en una Serie Mundial falleció a los 63 años. El símbolo de esa mágica temporada de 1981 fue ese lanzador novato de cuerpo redondo de la pequeña ciudad de Etchohuaquila, México. Se llamaba Fernando Valenzuela, mejor conocido como el Toro, un lanzador zurdo quien superó cualquier obstáculo inimaginable para contagiar al mundo entero con la ¨Fernandomania¨.
Para los fanáticos del béisbol, la "Fernandomanía" marcó un destello de brillantez en el pitcheo, el surgimiento de un talento único en la historia de una de las franquicias más icónicas del deporte. Los fanáticos jóvenes de hoy en día simplemente no pueden comprender cómo era la ¨Fernandomanía¨ durante ese memorable año de 1981 cuando, a los apenas 20 años de edad, un desconocido mexicano estalló en escena. Era un verdadero original, con una cuerda que inspiraba a los poetas. Retorcía su cuerpo y miraba al cielo de una manera que era casi penitente, antes de soltar la pelota.
Si Fernando Valenzuela fue una superestrella en los Estados Unidos, se convirtió en un ícono en las comunidades mexicanas, mexicoamericanas y por qué no decirlo, en todas las comunidades latinas locas por el béisbol. Fernando Valenzuela capturó la imaginación de todos, por su carisma, estilo único y el impacto de su novedad, lo cual resultó en la mejor temporada de un novato en cualquier deporte. Comenzó su carrera lanzando cinco blanqueadas y ocho juegos completos consecutivos. Su efectividad durante este tramo fue de 0.50. Fernando Valenzuela incluso ganó el premio "Bate de Plata" en 1981 como el mejor lanzador bateador de la Liga Nacional.
Ganó el premio de Novato del Año, ganó el premio Cy Young otorgado al mejor lanzador del año, fue el primer Novato en abrir un Juego de Estrellas y, por supuesto, terminó la temporada derrotando a sus odiados rivales Yankees en la Serie Mundial. El surgimiento de Fernando Valenzuela se amplificó en la ciudad de Los Ángeles, que siempre está en búsqueda de la próxima gran estrella. Pero él significó mucho más que un producto típico de la fábrica de estrellas. Fernando Valenzuela hizo visibles y orgullosas a las comunidades mexicanas, mexicoamericanas y latinoamericanas.
Hablaba únicamente en español, con la ayuda de un traductor, y demostró, en ese entonces, que esto no era un obstáculo para ser aceptado en los Estados Unidos. Para estas comunidades, Fernando Valenzuela fue algo más que una estrella del béisbol. Fernando Valenzuela fue un faro de esperanza, inspiración y orgullo. Fanático del béisbol o no, no hay una persona en México que no sepa quién es Fernando Valenzuela. Los Dodgers, que anhelaban una estrella que se conectara con la población latina en Los Ángeles, finalmente encontró una en Valenzuela, un puente
cuyo impacto transformaría la franquicia Angelina que históricamente había tenido una base de fanáticos predominantemente blancos. La comunidad mexicana y latina de la ciudad comenzó a acudir en masas al Dodger Stadium durante sus aperturas.
Su ascenso inspiró no solo a muchos atletas sino a toda una comunidad latina que por décadas se había sentido ahogada en la oscuridad y en el olvido. El impacto de Fernando Valenzuela perduró durante tanto tiempo y con tanta fuerza que los Dodgers retiraron su número 34 en el 2023 a pesar de una estricta política de que el equipo solo lo hacía para aquellos que estaban en el Salón de la Fama del Béisbol. Ahora, su muerte nos hace reflexionar sobre las puertas que abrió para las futuras generaciones hispanas y el impacto cultural que marcó como mexicano y
latinoamericano.
Fernando Valenzuela no estará físicamente presente en esta Serie Mundial cuando los Dodgers y los Yankees reanuden su histórica rivalidad, pero estamos seguros que Fernando Valenzuela aún estará manteniendo su mirada fija sobre su amado Dodgers desde el cielo. Descansa en paz, Fernando Valenzuela, y que por siempre viva la Fernandomanía.