La selección de fútbol de Eslovaquia feneció con las botas puestas en la Eurocopa 2024 de Alemania. "Slovensko" le recordó al planeta que el deporte rey aún no le pertenece por completo a los millonarios y famosos.
Algún precipitado dirá: "¿cuál lección? ¡los eliminaron!", "¿de qué hablas?, no tuvieron la concentración suficiente, perdieron".
Pero como suelo decir, los números sin contexto son sólo números. La comparación entre cifras es importante y aporta mucha información.
Sin embargo, una mirada justa a lo cualitativo, lo que no se puede contabilizar; te relata la historia completa.
La número 45 del mundo en el Ranking FIFA afligió y mucho a la número 5. Cuarenta puestos de distancia son varios, los veas hacia arriba o hacia abajo.
El Salvador tiene mucho que aprender de Eslovaquia, un país pequeño de Europa con poco más de cinco millones de habitantes y 49.035 km2.
Poco menos de la población de "Kuskatán" y más del doble de nuestro territorio.
A Eslovaquia se le empezó a "notar" cuando clasificó al mundial de Sudáfrica 2010, ahí donde tuvo su primera participación copera internacional. Sorprendentemente llegó hasta Octavos de Final.
Lo dicho lo lograron gracias en buena parte a Marek Hamsik, muy recordado jugador del Nápoli.
En esa edición se dieron el lujo de ganar a la campeona del mundo en esos días, Italia, y fueron eliminados por la que sería la subcampeona de esa edición: Países Bajos.
Tras semejante participación la selección eslovaca ya no consiguió clasificarse a grandes torneos hasta 2016, donde debutó en una Eurocopa.
A la Euro también fue en 2020 y en esta de 2024. El proceso para despojarse de lo hecho por Hamsik fue difícil, pero fructífero.
No fue nada fácil para los eslovacos hacerse su propio camino, siempre a la sombra de Chequia, que tiene más fama, pero con la que comparte casi una misma reputación histórica.
Nada menos que once futbolistas eslovacos fueron campeones en el 76, cuando Checoslovaquia ganó la Euro.
Así que, quien crea que "Slovensko" no tiene tradición alguna en el fútbol por ser un país "nuevo" está en un grave error.
Pero Eslovaquia no es un país que vive del pasado... al contrario, trabaja arduo y de forma sistemática en todas sus divisiones verdaderamente profesionales.
Es cierto que el Slovan Bratislava, el equipo más ganador del país, se tiene su pequeña "dictadura" en la primera división durante los últimos tiempos, pero que eso no te engañe.
La primera eslovaca exporta muchos jugadores a ligas que no se permiten protagonizar las portadas de la prensa en castellano o en inglés por pagar demasiados millones.
Los eslovacos suelen tener como destino top la Bundesliga y la Serie A, certámenes que ya quisiera jugar y estelarizar un salvadoreño...
Claro, alemanes e italianos no pescan en Eslovaquia y alrededores sólo porque "pagan poco en salarios o fichas", sino porque se consigue talento de gran valía, fundamentado y muy preparado.
Que el hockey sea deporte nacional en Eslovaquia no les impide trabajar bien en el fútbol, saben muy bien desarrollar las divisiones menores y los equipos no caen en el ridículo de pagar extranjeros con grandes salarios y que no den la talla.
A ver, siempre hay quienes no cumplen con las expectativas, pero no son la regla. Un equipo allá no se permite que todos sus extranjeros sean inservibles, como a veces le ocurre a un equipo en particular en la Liga Mayor.
Los doce equipos de la máxima categoría de Eslovaquia se toman muy en serio la incorporación de foráneos que no comprometan presupuestos y que les permita invertir como corresponde en sus niños, jóvenes y muchas otras áreas.
Desde que atendieron al menos esas dos premisas como regla de vida para estar en el fútbol, Eslovaquia tiene su recompensa para la selección nacional en la exportación de talento.
Talento que logra escalar pronto a ligas de grandes vuelos, y que por ende, les brinda mejor rodaje y desarrollo para su selección nacional.
Por supuesto que dicho certamen no ha estado exento de momentos difíciles, crisis financieras, bajones como por la pandemia...
Pero eso jamás los ha condicionado de forma definitiva y mantienen la hoja de ruta.
Eslovaquia arrodilló 90 minutos este domingo a Inglaterra y la obligó a jugar 120 para sacarle de la Euro. A Inglaterra, que puede presumir de lo que quiera, menos de ser una selección muy ganadora.
Tiraron más a marco que los británicos, no se echaron atrás, atacaron cuanto pudieron, cero complejos.
No es sólo "que se la crean los eslovacos", es también que tuvieron la correcta formación en lo futbolístico, lo humano, idiomático y tantas otras aristas que exigen hoy ser profesional.
Verdaderamente profesional, por supuesto, no de apodo.
Alguno apelará a un falso nacionalismo y dirá que el modelo eslovaco no tiene que ser duplicado en El Salvador, que cada nación vive su realidad...
Que tenemos que ir (por millonésima vez) a buscar talentos a los cantones, como panacea para regresar al mundial y otras cosas.
Lo cierto, es que como quieras verlo, aquí no se persigue una sola solución para nuestro fútbol. Se quieren hacer todo el tiempo de tripas corazón, y eso ya no es más algo viable.
Aquí se sigue jugando el fútbol como hace 60 años, donde se prioriza tener extranjeros como atracción de circo, para que la gente llegue a ver al equipo (por "curiosidad") y sueñe...
Atrasos en los salarios, canchas malas, algunas horribles, y la lista que es larga, no importa en el año del que hablemos.
Si la Primera División no se profesionaliza primero, no puede aspirar a crearse metas reales y ambiciosas para trascender. No hay atajos, nunca los hubo.
Puedo hablar con cierta propiedad porque vi varias veces a mi querido MSK Zilina jugar, así conocí a fondo parte de lo que elogio en este manifiesto.
Grande Eslovaquia. Fútbol sin prensa en Occidente, pero con metas claras, estructura definida, modelo viable, y todo sin ser un país inmenso, ni con vastedad de habitantes.
Pensar que los vecinos de Chequia y Eslovaquia les siguen viendo como lo urbano y lo rural, lo civilizado y lo salvaje respectivamente.
Pues el fútbol es más que estereotipos, es trabajo duro de sociedades; constante, con visión y con una misión bien trazadas.
"Inglaterra vale 1.500 millones y nosotros 150", dijo el entrenador de Eslovaquia, Francesco Calzona, previo al juego de este domingo.
Hablar es fácil y ponerse en la piel de "cenicienta" o "novato" también, pero para ser valientes hay que tener las herramientas para encarar y pelear. Ir a la guerra desarmados ¿qué propósito tiene?.
Un saludo cordial al colega eslovaco Jan Jasenka, de Sport.SK, a quien le hice llegar personalmente mis felicitaciones por un partido, pese al resultado, memorable.
Respetos a los eslovacos, respetos a los esfuerzos que no ven las diferencias, sino miran y lucha por la unidad, esa que hace la verdadera fuerza. Titanes.