Una cruda blasfemia contra el Cristianismo opacó para los fieles de dicho credo la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Una representación ofensiva de "La Última Cena" de Leonardo da Vinci apareció varios minutos frente a cámaras durante el inicio de la justa deportiva.
Una evidente falta de respeto y televisada para millones de espectadores alrededor del mundo, incluyendo, por supuesto, a quienes profesan el Cristianismo.
Esta injuria, para los entrados en la materia, no es para nada impropia de un país como Francia en la actualidad.
Francia promueve, esencialmente desde París, todo tipo de ataques contra el Cristianismo y con una amplia variedad de manifestaciones culturales. Como la música, el teatro, la televisión entre otras.
Como cristiano, condeno rotundamente tal agravio en contra de la Fe que profesamos cerca de dos mil millones de personas alrededor del planeta.
La ceremonia de inauguración de los Juegos Olimpiadas de #Paris2024 es una demostración de la fealdad del mal.
Con esta blasfemia se quieren reír de todos los católicos.
Ya es hora de dejar la equidistancia; o estás con el Bien y la Belleza o estás con el mal y la decadencia. pic.twitter.com/wRZdaBhhdm
— Universitarios Católicos (@UniCatolicos_es) July 26, 2024
La repulsiva puesta en escena se da casualmente un 26 de julio, jornada en la que se recuerda el martirio del sacerdote cristiano francés Jacques Hamel.
Hamel, antiguo párroco del templo St-Etienne-du-Rouvray de Francia, fue asesinado un día como hoy en 2016 por yihadistas islámicos.
Estos ingresaron durante una Santa Misa que oficiaba Hamel e interrumpieron la ceremonia para asesinarlo con arma blanca frente a sus feligreses.
En todas las Santas Misas del Cristianismo siempre se celebró la Liturgia Eucarística, momento en donde Cristo, se hace presente en Cuerpo y Sangre en el Altar.
Justo el momento que fue representado por Da Vinci y su pintura de la Santa Cena, un pasaje del Nuevo Testamento en la Santa Biblia que puede leerse gracias a los escritos realizados por los cuatro evangelistas.
La burla no fue contra una pintura o su autor, fue contra Jesús Eucaristía, centro total del Cristianismo; esto para clarificar a quienes no tienen el acervo suficiente para dimensionar lo gravísimo de la situación.
Lo sagrado en el Cristianismo no puede sufrir "interpretaciones" fuera de los propósitos religiosos y evangelísticos. De lo contrario caen en la ofensa de forma ineludible. Aquí no hay matices. Con esto no se juega.
¿Es acaso esto toda una agenda en Francia? Claro que sí, sobran ofensas que pueden consultarse libremente en internet sobre el Cristianismo en dicho país.
Si no lo sabía, el actual Estado Francés mima y amplifica el odio al Cristianismo tanto como puede y no escatima esfuerzos para lograrlo.
Pero también, sorprende, un Comité Olímpico Internacional cómplice. Negligente y complaciente con tal demostración, y sobre todo, corrupto; porque tal agravio no tendrá ninguna consecuencia para la organización.
Eso, pese a que la Libertad de Credo es parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, una proclamada por la Asamblea General de la ONU irónicamente en París, pero que hoy se da el lujo de violar con alto descaro.
¿Burlarse de un credo es irrespetar la libertad de profesarlo? por supuesto ¿quién se sentiría cómodo si se burlaran de su Fe en cualquier momento?
Que los JJ.OO. ridiculizaran de esta manera al Cristianismo dentro de la misma Francia, con una extensa cantidad de mártires (no sólo en nuestros tiempos), sino también en tiempos pretéritos, es, inaceptable.
Utilizar el deporte para atacar el Cristianismo es una bajeza total, y los responsables de esto tienen nombre y apellido:
Emmanuel Macron, presidente de la República de Francia, Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional y Tony Stanguet, presidente del comité organizador de París 2024.
Tres hombres quienes han pasado a la historia como los encargados o cómplices de la promoción del odio al Cristianismo mediante los mismísimos Juegos Olímpicos.
¿Una exageración? Mientras no hayan sanciones o disculpas públicas está claro que todo fue contemplado. A esos niveles no hay "inocentadas" ni casualidades.
Los Juegos Olímpicos nacieron para unir a todos los continentes bajo una sóla bandera en nombre del deporte. Pero hoy han faltado el respeto a todos quienes profesan dicha Fe en todo el planeta.
Señores Macron, Bach y Stanguet, permítame decirles con claridad que son personas categóricamente impresentables.
Con tal manifestación blasfémica, pasaron por encima del artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Una infracción justificada, según ustedes, por el (mal interpretado a conveniencia) artículo 11 de la misma: "Libertad de expresión y de información".
Abyecta y olvidable puesta en escena durante la inauguración de estos Juegos Olímpicos de París 2024. Repugnante.
Una gravísima falta que no tendrá por desgracia ni la condena de la hipócrita Comunidad Internacional, ni mucho menos, de la selectiva y fallida ONU; u otros organismos que fingen estar en la defensa de los DD.HH.
Cristianos, despierten; no minimizen o aislen semejante aberración con notable alcance mundial. Dejen la tibieza y condenen públicamente este discurso de odio disfrazado de quién sabe qué.
París 2024. Condena absoluta a semejante despropósito. "Libertad, Igualdad y Fraternidad" ¿a dónde? Son una contradicción total.
Señor Emmanuel Macron, la próxima vez que "condene" y muestre "condolencias" a raíz de un atentado terrorista donde las víctimas sean cristianas, absténgase de hacerlo si no cambia en su infame devenir. No sea un farsante.
Evite también apoyar o participar en actos públicos cristianos, si jamás legislará para que les respeten.