Se llegó el momento más esperado de la temporada, en la celebración del 75 aniversario de historia de la liga, las Finales son el plato fuerte de la competición, la culminación de una maratónica carrera de 8 meses que ha dado de todo, y qué mejor forma de cerrarla con un enfrentamiento que parece hecho a la medida de la celebración: Golden State Warriors y Boston Celtics.
Dos de las 11 franquicias originales de la liga, la más ganadora de la última década contra la más laureada en la historia, el equipo que cambió la forma de jugar al baloncesto en los últimos años contra la mayor dinastía se verán las caras a partir del jueves en la disputa por el título que han dejado disponible los vigentes campeones Milwaukee Bucks.
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Será el segundo enfrentamiento entre ambos equipos en unas Finales, la primera fue en la temporada 1964, la segunda de los Warriors en California, jugando en San Francisco. Los Celtics que llevaban cinco años consecutivos siendo campeones se impusieron cuatro juegos a uno con actuaciones estelares de Bill Russell, Sam Jones, John Havliceck y Tom Heinsohn. Por los Warriors, la estrella Wilt Chamberlain marcó los mejores promedios de la serie con 29,6 puntos y 27,6 rebotes, pero solo alcanzó para darle un triunfo a los suyos en una serie que tuvo dos partidos con
resultado apretado.
Los Golden State Warriors jugaron sus sextas finales en ocho años, siendo el primer equipo desde los Chicago Bulls de Michael Jordan en lograr algo semejante. Habiendo jugado de forma consecutiva las del 2015 al 2019, ganando tres anillos (2015, 2017, 2018) y perdiendo las del 2016 ante los Cleveland Cavaliers y las del 2019 ante los Toronto Raptors. Cuentan en su palmarés con seis títulos de la NBA y son junto al mítico equipo de la ciudad de los vientos la tercera mas ganadora en la historia.
El trio formado por Draymond Green como eje principal de la defensa y los “Splash Brothers”, Stephen Curry y Klay Thompson han disputado 26 partidos de Finales de los cuales ganaron 17 y entre todos sus jugadores acumulan un total de 123 juegos de Finales por lo que cuentan con la suficiente experiencia en estas instancias.
Los Boston Celtics, con 17 campeonatos, son junto a los Lakers de Los Ángeles la franquicia con más títulos en la liga y no ganan unas Finales desde el 2008 cuando con aquel gran equipo liderado por Paul Pierce, Kevin Garnett, Rajon Rondo y Ray Allen vencieron en siete juegos a sus archirrivales, dos años después, en el 2010 volverían a verse las caras ante el mismo rival, pero esta vez el equipo angelino tomaría “revancha” y se llevaría el título. Son doce años en los que han vivido una época de reconstrucción, megatraspasos y dudas con sus estrellas.
Finalmente, la defensa y la magia del Garden lleva a un equipo talentoso al punto más importante: el que lleva al anillo de campeón. Ninguno de sus jugadores tiene experiencia previa en finales, Al Horford y Daniel Theis son los únicos mayores de 29 años que hay en el plantel, cuyo núcleo central ya está constituido desde hace varias temporadas, salvo por los dos años fuera que estuvo Horford justo cuando llegó Grant Williams.
En el camino hacia la gran Final los Warriors no tuvieron tantas dificultades para eliminar a Denver Nuggets, Memphis Grizzlies y Dallas Mavericks respectivamente y están invictos en el Chase Center de San Francisco con marca de 9-0, mientras que los Celtics barrieron en primera ronda a los Nets y tuvieron que batallar contra los campeones Milwaukee Bucks y contra el líder del este Miami Heat en series que se fueron al límite de siete partidos y son el mejor equipo de visita con marca de 7-2 y no pierden dos partidos de forma consecutiva desde enero.
Los dos equipos tienen mucha calidad en sus ataques, con distintos generadores de juego, varias opciones en el tiro de tres puntos, jugadores capaces de definir con efectividad por dentro o por fuera. Por eso parece que la defensa es desde donde se marcará la diferencia en este cruce, dos verdaderas máquinas que fueron las dos mejores defensas de la Fase Regular según el rating defensivo.
En el duelo de entrenadores, Steve Kerr cuenta con la carta de la experiencia, dirigiendo a Golden State Warriors en sus sextas Finales y ha hecho de este equipo una máquina ofensiva que también puede acomodarse con distintos ajustes en defensa por la polivalencia de sus aleros/interiores mientras que Ime Udoka que está en su primera temporada como entrenador en jefe en la NBA le dio a los Celtics un plus defensivo y tanto ante Milwaukee como Miami mostró su capacidad para ir ajustando sobre la marcha en series que fueron muy cambiantes y en las que debió adaptarse a algunas bajas.
Como entrenador asistente de Gregg Popovich, a Udoka le tocó medirse dos veces contra los Warriors de Kerr en Playoffs, con derrotas en 2017 y 2018. ¿Tendrá su revancha? ¿O Kerr igualará a Pop como el entrenador con más títulos en los últimos 20 años de la NBA?
Sea quien sea el vencedor, los equipos trascendentes se hacen a través del draft, como ocurrió la temporada pasada con los Bucks y los Suns jugando las Finales, y no como pretenden tantos dueños de chequera, porque no hay organización que resista los caprichos de una o dos súperestrellas, en comparación de la flexibilidad de mayor alcance del talento hecho en casa. ¿Prevalecerá el poderío ofensivo de Golden State, con los “Splash Brothers” en el perímetro? ¿O la defensa de élite que posee Boston con Marcus Smart como líder?