La respuesta siempre será subjetiva. Estas líneas, más que ahondar en una respuesta precisa, busca brindar algunas herramientas prácticas para que cada aficionado saque sus propias conclusiones.
Según la Real Academia Española, fracaso significa malogro, derrota, chasco, decepción, naufragio.
Desde esa perspectiva, entonces, habría que preguntarse si la afición y el periodismo deportivo, si los protagonistas (los jugadores) y sus directivas esperaban más de ambos equipos, Alianza y Firpo, en Copa Centroamericana.
Vale aclarar que no se suele medir con la misma vara, pues se esgrimen argumentos como que Alianza es el actual campeón nacional, tiene mayor presupuesto y una plantilla más profunda, por lo que - se concluye - debe exigírsele más.
Ambos quedaron eliminados en fase de grupos, pero a diferencia de lo que ocurrió en la Copa Centroamericana de hace un año, a donde los salvadoreños sufrieron múltiples goleadas, esta vez la distancia no fue tan grande.
De hecho, la mayor "decepción" (ojo que es palabra clave para entender el fracaso, al menos según la RAE) pasó más porque quedó la sensación de que en algunos partidos pudieron dar más. En el caso de Firpo, tuvo quizás para ganar a Comunicaciones, y para empatar a Alajuelense pese a sus grandes problemas defensivos. Pero en cierta medida no se esperaba más que buenas presentaciones de los toros, y hasta parecería que salen "reforzados" por plantarle cara al campeón, Alajuelense.
En el caso de Alianza, se esperaba más. Muy poco arriesgó en el segundo tiempo contra Comunicaciones, se salvó en tres llegadas rivales de manera increíble y terminó perdiendo por autogol. Y ante Alajuelense, ni disparó en el primer tiempo entre los tres palos y en el segundo Mario González fue su figura para evitar una goleada. Con ello, sin duda el chasco o decepción fue mayor porque se esperaba, más cuando le endosó un 5-2 a Firpo, que estuviera más cerca de clasificar, que le ganara a un Comunicaciones que para nada mostró un gran fútbol y que al menos le empatara a un Alajuelense que lejos está de la versión del año pasado en la que fue campeón para llegar con opciones al último partido.
Aún así, la participación salvadoreña (sin valorar a Águila que todavía tiene grandes opciones de clasificar) está ya lejana a lo presentado por Jocoro, FAS y Águila en la edición pasada.
Eso sí, tampoco hay que "comerse los mocos" y creer que ha habido un progreso sustancial, estructural. Nada más lejos de la realidad, lo que pasó es que simplemente llegaron más entrenados y fogueados para no hacer el ridículo del año pasado.
Si me preguntan a mí, lo de Firpo no es fracaso porque viene de directivas desastrosas y apenas está sacando la cabeza del fango, pero Alianza quedó a deber, y no solo por lo hecho en los juegos en sí, sino porque despachó a jugadores que le hicieron falta en este torneo y no se reforzó como debía cuando, al menos desde el discurso público, dijeron que le apostarían a ser protagonistas en este torneo internacional. No se buscó al menos un delantero más (Fito ya va de salida, y tras sus lesiones queda todavía más claro), no lo planificaron bien, necesitaban otro defensa central (el sustituo hoy por hoy es Mancía, que ya no está para eventos internacionales y, sobre todo, que sólo es uno para dos posibles posiciones - la de Henry (expulsado en un juego) y la de Mario (lesionado en el último).
Aún así, insisto, lo realizado hasta ahora no se compara con lo del año pasado, pero tampoco es para tirar cohetes y para creer que este es el camino. A nivel estructural, los años luz entre los equipos salvadoreños y los ticos, hondureños y chapines se mantienen. Les bastó con un poquito de orden para dejar fuera al mejor equipo nacional del Clausura 2024.
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