Águila y Alianza sacan ventaja en este inicio del fútbol vernáculo en 2023. Cada uno con sus armas, con sus argumentos, también con sus dudas. El Alianza de Lara, que sorprende desde los números, con una solidez defensiva tan marcada -a pesar de que se fue un baluarte como Tamacas- que no ha recibido ni un solo gol en tres jornadas. Águila, acoplando de a poco a los nuevos, y jugando con distintos sistemas, una impronta que trata de darle Bini desde el banco.
Lo del clásico nacional fue una tarde de sensaciones encontradas en el Barraza. No estuvo el marco acorde a la historia de este partido ni al presente exitoso de los migueleños. No jugar en horario nocturno le sigue pasando una factura enorme a los aguiluchos que ven como su público no llega en la cantidad esperada.
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Otro tema a tener en cuenta es el campo de juego. Un terreno indigno, no ya para un clásico nacional, sino para cualquier partido de Primera División. En alguna medida, a veces hasta parecen que compiten por cuál campo de juego está peor en el fútbol salvadoreño. Asignatura pendiente que se deberá tratar de forma urgente y entre todos los involucrados en el fútbol.
En lo futbolístico, un clásico muy flojo. Águila se conformó con su gol tempranero, gracias a la muy buena pegada de Gerson Mayen y su emocionante dedicatoria al cielo. FAS no supo ni pudo ir a buscarlo ni siquiera para intentar algún atisbo de remontada. Tres puntos adentro para un Águila perfecto en los resultados y no tanto en el juego. Se viene Alianza, el partido que todos esperan entre los dos mejores del torneo será el próximo fin de semana. Que este duelo sí esté acorde a las expectativas.