Toto Gamarra es arisco a los reflectores. Pero desde su segunda patria, Paraguay, habló de sus años de periplo por el balompié salvadoreño, sede en la que tiene títulos con Alianza, FAS y Firpo. En esas experiencias se agenció créditos. Hace un par de semanas le dijo que no a ofertas de Limeño y Dragón, debido a que tiene labores pendientes con la Institución del Deporte en Paraguay.
Es instructor de entrenadores de fútbol. No se pudo desmarcar de los compromisos con esa entidad y no pudo marcar una nueva expedición en el balompié salvadoreño. La última ha sido con Firpo de 2020 a 2022
"El fútbol salvadoreño lastimosamente es muy pobre en todo sentido", Roberto Gamarra
¿Le hablaron de Dragón y Limeño. ¿Por qué no concretó nada con ninguno de los dos planteles?
Dije que no porque estoy trabajando en Paraguay, en la Secretaría General de Deportes, como instructor de la escuela de entrenadores. Debo culminar este semestre para poder salir el año que viene. Eso lo hago para que cuando vuelva a Paraguay tenga mi cátedra fija. Eso habla del aprecio que me tiene la gente acá. Eso es lo que te llena de alegría. Como puede ser que acá aprecien el trabajo de uno y en otro lado, donde uno ha logrado cosas importantes, no aprecien el trabajo de uno.
Eso es lo que llama un poco la atención, Pero uno no es monedita de oro. En el caso de El Salvador me habló primero Dragón, pero era la misma cuestión. Luego me habló el presidente de Limeño, pero era la misma cuestión. Vamos a ver qué pasa más adelante. Me gustaría volver a dirigir a El Salvador. Ahora soy instructor de la escuela de entrenadores en Paraguay. Otra cosa que me molesta es que en El Salvador nunca me ofrecieron dirigir, siquiera, una selección sub20. Los méritos los tengo. Pero con esto no me estoy ofreciendo, porque nunca lo he hecho. El drama es que el representante que tenía falleció y ahora no tengo quién me represente.
¿Qué ambiente de trabajo creía encontrar en Limeño, si lo tomaba?
En Limeño hay algunos valores que yo ya conocía anteriormente. En Limeño me hubiera encontrado con Joel Almeida, Rubén Marroquín y otros más que yo ya tuve antes. Cuando hay gente que te pone piedras en el proyecto es un poco más difícil. Pero ya no estamos para estar peleando con los jugadores. El jugador debe ser más respetuoso, más trabajador. Para mí, es primero la disciplina.
La selección mayor de El Salvador cayó a Liga B y ahora ha sido ubicado con rivales de menor calibre en el Caribe. ¿Por qué cree que pasó esto?
Se ha llevado a gente a selecciones sin ningún currículo, a gente que no conoce el panorama del fútbol salvadoreño. Eso se paga caro, porque se improvisa. Llega gente que no conoce el medio y eso se paga caro. Hay que remontar esos malos pasos que dio la Fesfut al nombrar gente sin experiencia. En la Fesfut a lo mejor hay gente a la que le molesta que uno sea muy exigente, que diga verdades, que muchas veces son irrefutables. El entrenador debe ser serio. Esto no es de soplar y hacer botellas. A lo mejor les molesta que uno tenga poco contacto con la prensa.
¿Le quedó algún tema pendiente con Luis Ángel Firpo tras esta última gestión de 2020 a 2022?
Claro que sí. Yo tuve la suerte de haber salido campeón con ese equipo en 2013. Le dimos su última corona a ese gran equipo. Pero hay cosas que pasan en las entrañas del equipo con gente que quiere ser juez y parte de la situación. Son personas que quieren tirar el centro y quieren cabecear. Eso es imposible. Ya no veo gente como los Méndez Florez Cabezas y Ioszef Arguedas. Esa gente que tiene un pensamiento muy positivo en cuanto a organización y planificación. Esa es la gente que se necesita. Están fuera porque les disgusta que gente de muy poco conocimiento futbolístico siga a cargo. No son todos, pero ese grupo pequeño hace que se cometan errores. Eso molesta a la gente de Usulután, que tiene un poder de convocatoria inmenso.
¿En qué equipo de El Salvador se ha sentido más cómodo y en cual se ha sentido incómodo?
Estuve cómodo en la mayoría de los equipos. Yo he llegado a equipos en los que todo tiempo pasado en lo económico y materia prima y dirigentes fue mejor. Llego y los equipos están arruinados por falta de recursos, jugadores y demás. Me ha tocado remar contra la corriente, como dice el viejo adagio. Pero es bueno, porque así se ve la categoría del entrenador. Yo quisiera ver a los grandes entrenadores del mundo en equipos pequeños y en crisis financiera.
Donde me sentí cómodo, pese a que había problemas, fue en el Balboa. Ahí logré mi segundo título [en segunda división] También me fue bien en Metapán, pero hubo un caso triste y doloroso para mi. Estábamos peleando en primero y segundo lugar. Estaba de dirigente Oscar Flores, un gran personaje. Nos fue bien. Pero en el cierre de un juego contra Firpo, hubo un jugador que hizo una jugada de mal gusto. Tomó el balón en zona media y quiso hacer un túnel y el equipo estaba largo y abierto. Generó así un contragolpe y eso nos costó un gol en contra. Al día siguiente rendí un informe por escrito ante la secretaría y ante el gerente. Pedí que a ese jugador, que es Marvin Monterroza, se lo multara y bajara a entrenar con la reserva. Hicieron caso omiso a mi pedido y tuve que salir del equipo. Hizo una jugada absurda. Nos costó un gol.
Una vez dijo que trabaja como perro y luego aseguró que es más fácil dirigir una camionada de monos con navaja que a un grupo de jugadores. ¿Lo recuerda?
El dicho de los monos con navaja lo aprendí de un amigo. Me dijo que prefería entrenar a monos con navaja en una cama de un camión antes que entrenar jugadores. Me causó mucha gracia, mucha alegría poder escuchar eso. Dirigir jugadores no es para cualquiera, hermano. El jugador está permanentemente esperando el error del entrenador, que se equivoque en su conocimiento para caerle encima. Yo no le he dado esa posibilidad a ningún jugador que he dirigido. Al jugador no le gusta trabajar lo táctico, hacer repeticiones, pero lo tenemos que hacer o sino nos morimos de hambre. Ahí es cuando me libero y me estreso a la vez. A veces me ha tocado echar jugadores. Una vez, en Firpo, les dije a mis jugadores que se fueran todos a la miércoles. Luego vinieron a ofrecerme disculpas y volvimos a trabajar.
¿Sigue pensando que el futbolista es un bendecido?
Claro que es un bendecido, si trabajara un ahora y media o dos y gana un dineral. Es malagradecido, cree que en la vida del futbolista todo es joda. Son 12 años de carrera. Llegas hasta los 34 años y luego tienes que haber juntado algo de dinero para la posteridad.
¿Quién es el jugador más profesional que ha dirigido en El Salvador?
Puedo nombrar a varios. William Reyes, Alejandro Bentos y otros. En Firpo tuve a Elenilson Sanchez, Dagoberto Portillo [sancionado por amaños de partidos], que fue campeón conmigo en Firpo y FAS. Una vez dijo en una nota, a la gente de Águila, que si querían llevar a un campeón que llevaran al Toto Gamarra.
¿Solo le queda pendiente dirigir a Águila de los cuatro históricos de El Salvador?
Una vez me hicieron ir de Santa Ana a San Miguel para reunirme con los directivos. La familia Arieta estaba al frente del equipo. Me reuní con ellos y por el doctor Villatoro no arreglé. Me dieron a entender en una pregunta algo así como que si yo aceptaba que los directivos se metan en mi forma de jugar. Les dije que no. Les dije que no había problema si la directiva quería que yo rindiera un informe de mi equipo. Pero hay cosas que solo las manejamos nosotros, los integrantes del cuerpo técnico y quizás eso no les gustó. Ha habido ocasiones en los que traen a un cualquiera que no merece dirigir a un grande. Para dirigir a un grande tienes que tener puno de hierro, en el buen sentido de la expresión
¿Y qué problema tuvo en Firpo con el portero mexicano, Joel Almeida?
Si llegaba a la Limeño, le hubiera dicho a la directiva que lo arreglaran, porque yo no lo iba a ocupar. Esa era la primera medida que iba a tomar. En Firpo yo di el consentimiento para que llegara. Hubo un juego en el que se quiso burlar de mí, con una actitud en la que decía que él era el más importante. Llegué al vestuario y le dije al portero suplente frente a todos los jugadores que él iba a jugar en adelante. Le di de nuevo la chance a Almeida y terminó mal. El portero es el 60 por ciento de un equipo. Si no tienes un arquero determinante, nunca vas a ganar nada. Almeida no es lo que mucha gente piensa o no es lo que él mismo piensa de él. Cree que es irreemplazable y no es así. En el Limeño está mostrando un nivel deficitario y no hay garantías de nada con él. Como dije, el portero es el 60 por ciento.
Hablemos de otro personaje con el que tuvo algún desencuentro aca en El Salvador, y ese es Chochera Castillo. ¿Limó asperezas con el peruano, quien actualmente dirige a FAS?
No, fue algo momentáneo con él. Eso fue el estadio Quiteño de Santa Ana. No hubo aspereza. Nunca más lo encontré. Fue durante un juego en el que yo tenía a mi cargo a FAS y él a Firpo. Quedamos 2-2 y Firpo avanzó a la final. Leguizamón nos marcó los dos goles.
¿A qué técnico salvadoreño respeta más?
Al Zarco Rodríguez. Es una gran persona y muy buen profesional. Él me tiene mucho respeto. También está Jorge Abrego es un gran profesional. Luego, los mejores jugadores nacionales que he dirigido son Fito Zelaya, Styven Vasquez y Williams Reyes.
¿Quién es el dirigente que mejor lo ha tratado acá en el país?
Juan Pablo Herrera. Es un señor muy educado. Luego Noel Benítez, Arturo Avilés y los señores Méndez Florez Cabezas. En FAS me llevé bien con don Reynaldo Valle, no así con Byron Rodriguez, quien me quedó debiendo. Me mintió y escamoteó mi sueldo. Byron iba a la iglesia, pero quizá para engañar a un profesional. Luego, está el señor malagradecido de Alianza, ustedes ya saben a quién me refiero. Lo saqué del lugar de perdedor que tenía desde que asumió Alianza. Una vez les llegó a decir a mis ayudantes que no tenían testículos de decirme como se hacen los cambios. Está acostumbrado a manejar a los técnicos, pero a mí no. Me reuní con Jorge Rajo, que era vicepresidente y me fui del equipo. Veo que tiene ahora un programa de deportes. Habla como que fuese un erudito, pero no sabe nada de fútbol.