Pudo ser peor. Argentina, en su primer juego de fogueo de 2024 no se despeinó demasiado para vencer a la Selecta, que ya sumó 21 juegos sin ganar.
La derrota ante la Campeona del Mundo era lógica, fue un monólogo, con apenas ocasiones para la Azul y Blanco, y con un cuadro albiceleste que, cuando pisó el acelerador, desnudó las falencias nacionales atrás, pese a que el bloque de 11 estuvo casi todo el tiempo esperando. No porque no quisiera intentar arriba, sino porque casi nunca tuvo la pelota.
No se la prestaba Argentina, que, justo cuando la Selecta daba un paso adelante, la agarraba mal parada y, o acababa en gol la jugada, o salvaba milagrosamente Cruz, Mario González, Clavel, o compañía.
Las diferencias de nivel se sabían de antemano, el chiste era ver si la Selecta podía verse ordenada, primero, y dos, si lograba alguna siquiera en claridad hacia el frente. Esto último ocurrió en una ocasión, y casi de rebote, pero en una buena acción en la que supieron presionar la salida rival y obligar al error.
Lo otro, no tanto, o difícil de medir por lo dicho, porque cuando Argentina pisó el acelerador, pasó por arriba. Fue ataque contra defensa, un baile, pero no con bochorno en el marcador, y no ocurrió porque los jugadores intentaron defender con uñas y dientes, a como fuera.
Los goles
Apenas sobre el 7’, llegó la primera para Argentina, con un remate de Lautaro que desvió la defensa y terminó en tiro de esquina.
En los primeros minutos, si bien no veía casi la pelota la Selecta, parecía bien parada. Pero al 16’, en un tiro libre, Cuti Romero le ganó por arriba a Clavel, le sacó una cabeza y la mandó al fondo con un testarazo imposible.
Con el 0-1, Argentina se vio mucho más dominante, y el monólogo comenzó con notas más altas.
Al 26’, Mario González tuvo su primera gran atajada, al sacarle un gol de volea impresionante a Ángel Di María. Y poco después, la primera y única clara del equipo nacional en ese primer tiempo.
Adelantó líneas El Salvador, en bloque, presionó bien, obligó al error, Darwin hizo la pausa, llegó el centro desde la derecha y el recorte apurado de la defensa argentina. Entonces, la pelota le quedó a Jairo Henríquez, de los pocos que hacía una diferente para quitarse a algún argentino por banda, pero que moría poco después. Pero ahí, tuvo tiempo y espacio, sacó su remate, el Cuti Romero metió apenas la punta del botín y casi termina en el fondo.
Eso animó a la siempre fiel afición salvadoreña, pero también a Argentina, que ya no le prestó más el balón. La tuvo Lo Celso al 30’, pero salvó Clavel en barrida. Luego De Paul, pero tapó la defensa. Yal 42’, ESA perdió en la salida, la agarraron mal parada, llegó el centro de De Paul, el remate de Lo Celso, el balón suelto y lo mandó a guardar Enzo Fernández para el 2-0. Luego, salvó Mario el tercero al 44’.
El complemento tuvo las mismas notas, con protagonismo de Di María, Garnacho por ratos, y otros que buscan llenar los ojos de Scaloni. Así, por ratos aceleró Argentina, consiguió el tercero en un jugadón de Di María-Lautaro y pared para que Lo Celso lo firmara.
Después, salvó Mario unas increíbles a Di María, otra a Lautaro (le pegó mal), y una más con el pie y casi milagrosa a De Paul. También Cruz intervino en algunas más, y parecía cuestión de tiempo que la goleada fuera mayor, mientras los cambios en ambos planteles no paraban. Sin embargo, le faltó puntería a Garnacho por izquierda. Al final, lo lógico, un monólogo que pudo ser peor.
