Como reza el dicho: “quien juega con fuego siempre se quema”. Santa Tecla FC, luego de un nefasto tercer campeonato al hilo, ha descendido tras una larga “agonía”.
No fue suficiente haber sufrido en 2022, también pasó en 2023 y decidieron ir por más de lo mismo en 2024.
El conjunto perico, fundado en 2007, vuelve a la Segunda División para el Torneo Apertura 2024. Revisando su palmarés, encontramos cuatro trofeos en el máximo circuito y dos Copas El Salvador entre sus logros más destacados.
Las deserciones/desapariciones en Segunda son más comunes de lo que un aficionado promedio de la Liga Mayor cree. Así que eso de esperar el regreso del equipo tecleño “por default”, es bastante más apresurado de lo que se cree.
Desde su fundación el Tecla tuvo siempre entre ceja y ceja disputar la Primera División. El equipo comenzó un camino largo y difícil -uno que duró un quinquenio completo- luego de que debutara profesionalmente un 05 de agosto de 2007 contra FESA en la liga de plata.
El Santa Tecla FC no alcanzó en este 2024 a cumplir los 12 años completos en la Liga Mayor, eso lo hubiese conseguido el 14 de julio próximo.
Pensar que no hace mucho los tecleños lograron un tremendo récord de 47 partidos sin perder en el Estadio Las Delicias entre Primera, Copa y Liga de Campeones Concacaf. Una marca que inició en 2017 y terminó en 2019.
El recinto al pie de la cordillera del Bálsamo cerca de la que fuese la Finca Las Victorias, fue un fortín invencible para el equipo de la vetusta colonia; un carácter que después no se le dio nunca más ni por asomo.
Como bien se explicó, los pericos pelearon por tercer año consecutivo el descenso en la Liga Mayor. En el primer curso donde la libró fue Limeño el “sorteado”, y en el pasado año el turno fue para Chalatenango (sobre descender).
Vaya suertes dispares las que viven en la actualidad los aficionados de este par de equipos... pero eso es otra historia. “La tercera fue la vencida” para Tecla. El equipo no soportó más estar de nuevo “muy enfermo” futbolísticamente en el circuito de privilegio. Ninguna lección aprendida desde el 2021 que inició la debacle.
Convengamos que, este prolongado bajón del Tecla debió empezar a sufrirlo desde 2020 pero la pandemia aún le dio “tiempo” para prepararse, aunque problemas también.
Santa Tecla como ciudad esperó unos bien largos 46 años para tener de nuevo a un equipo compitiendo en Primera desde que se extinguiera el Quequeisque (QQQ). Ahora, ese reloj vuelve a contar y marcará la ausencia del equipo en LMF... ya veremos en el futuro si este contador se detiene de nuevo tras un tiempo o quizás sea para siempre.
Es claro que la muerte de Vidal Hernández significó para Tecla un antes y un después pero de manera muy marcada. Gracias a Vidal el equipo logró fichajes como el de “Loco” Abreu o Carlos Bueno, así como la llegada de “Pichi” Escudero, “Carucha” Corti y Cristian Díaz.
Nombres determinantes con los que el Tecla ganó todos los títulos que consiguió, cada uno de los citados tiene su parte en la consecución de al menos un trofeo tecleño.
Vidal dio un paso al costado por razones de salud y las cosas empezaron a malograrse poco a poco para el Tecla. Guillermo Figueroa tomó entonces las riendas del equipo un 24 de julio de 2018 con la “plana ya hecha” por Vidal y con ello le alcanzó para ganar el último título de Liga Mayor bajo el mando de Díaz.
Vidal falleció unos días antes de la final y pese a ello todo parecía que iría viento en popa para el Tecla, pero no iba a ser así de ninguna manera. Ahí empezó el declive.
Tras la eliminación en Cuartos de Final en el Clausura 2019 el estratega Cristian Díaz no siguió más con Tecla porque le aguardaban mejores ofertas para él y su auxiliar Gastón Ramondino en el exterior. Tecla vio así el fin de su último proyecto exitoso y marchaba hacia sus años más flacos sin saber que terminaría de muy mala manera.
Para la misión de reemplazar al tremendo tándem Díaz-Ramondino llegó Rodolfo Góchez, quien trabajó como auxiliar y entrenador de reservas por varios años en el Tecla. Mas a la hora de ponerse la camisa de entrenador principal, por cosas del destino, esta le terminó quedando muy grande. La primera apuesta de Figueroa se desvaneció sólo en cuestión de semanas.
La “plana” la seguía escribiendo él sólo y ya no más en una cuadernola con rayas para ir derecho más fácilmente, sino en una con puras hojas en blanco... y es así como empezó a caligrafiar -y muy torcido- para infortunio del Tecla.
Su segundo fichaje en tema de entrenadores fue el de Marco Sánchez-Yacuta, quien llevó al Tecla con muchas carencias en el plantel a las semifinales del Torneo Apertura 2019 de Primera.
Pese a lo dicho, Figueroa siguió tomando distancia drásticamente de la particular gobernanza del finado Vidal y despedía tras dicho certamen al entrenador mexicano sin que alguna cláusula de contrato se lo permitiera legalmente.
Esto derivó en una demanda ante FIFA y Tecla tuvo que indemnizar al entrenador por varios miles de dólares al año siguiente, un papelón dirigencial que el pope pudo haber evitado; lógicamente.
Figueroa no pudo para nada con la misión de guiar de forma sana al Tecla y cedió entonces su lugar a Eduardo Amaya en la presidencia. Amaya, un hombre de muchos más números que fútbol, recibió una auténtica papa caliente en sus manos.
Aparte de la demanda de Sánchez-Yacuta, confesó que recibió al equipo colinero con un déficit financiero de 350,000 dólares. Aseguró que ese monto fue a raíz de no disputar las dos finales probables en el 2019, año en el que se marcharon muchos aficionados y patrocinadores.
Bajo el mandato de Amaya el Tecla logró sanear -para sorpresa de muchos- sus arcas y con mucho esfuerzo gracias a su experticia en contabilidad y relacionados. Sin embargo, el susodicho carecía por completo de competencias en gerencia deportiva, por lo que el equipo si bien logró pagar multas, deudas entre otros, descuidó mucho adentro de la cancha y el vestuario conforme pasaban los días.
Con Amaya al frente el Tecla consiguió tranquilidad en los despachos pero no en los graderíos, el equipo se alejaba cada vez más de sus mejores días como consecuencia de una deficiente política de fichajes (partidas y llegadas), entre otras atenuantes.
Finalmente Amaya, tras una dura labor financiera, dio un paso al costado junto a varios de sus colaboradores en 2023 -y tras ello- hubo rumores entre la afición que el equipo no iba a inscribirse para el campeonato 2023-2024 por cómo el Tecla finalizó su segunda temporada crítica en cadena. Pero faltaba más.
Para la peor campaña del Santa Tecla FC en la Liga Mayor hay varios apuntes que explican su primer descenso en dicha categoría.
Uno de los principales es que luego de salvarse aquel 07 de mayo del pasado año, el equipo demoró varias semanas en hallar un reemplazo de Ernesto “Carucha” Corti, quien hizo de tripas corazón para esquivar la Segunda con todo su acervo técnico y táctico.
Cualquiera diría que es más fácil salvarse de un descenso que ganar una liga, pero eso sólo lo sabe con lo vivido y de forma precisa el veterano entrenador cordobés.
No fue hasta el 19 de julio de 2023 (73 días tras esquivar la Segunda) que una nueva directiva tecleña nombraba a “Fran” Medrano como nuevo DT del equipo principal, con la experiencia de varios títulos tecleños a nivel de Reservas.
Sin duda, la demora justamente fue todo un mal síntoma de reacción; pero también esto se debió a la transición caótica en la cúpula (tras la abrupta renuncia de Amaya) llegó un nuevo directorio que por cierto, jamás se identificó oficialmente.
Otro de esos apuntes en contra viene por los fichajes que Tecla incorporó al plantel para el Apertura 2023, muchos nombres de Segunda División y algunos hasta sin ninguna experiencia en Primera.
Sin duda, una ventana de traspasos muy modesta y acorde a las posibilidades de un equipo que venía de sortear dos años consecutivos el descenso y muchas fugas de capital por el retiro de auspiciantes. Todo indicaba que no sería suficiente para encarar con un objetivo más ambicioso que apenas era soñar con mantener la categoría, y así fue. “Lo que mal inicia, mal acaba”, reza un popular dicho.
La apuesta le salió desastrosa a la desconocida y nueva directiva... el crédito a “Fran” Medrano se le agotó apenas en Octubre 2023 y fue sustituido por un experimentado entrenador reconocido por trabajar con talento joven como Ramón Sánchez, muy recordado por su labor con Juventud Independiente de San Juan Opico.
Medrano ganó un tan sólo partido con Tecla hasta el día de esta publicación (tomando en cuenta sus dos etapas).
Para inicios del 2024 se conoció el regreso de Enrique Mónico a la directiva del Santa Tecla FC, algo que llenó de esperanza a muchos ya que tuvo parte en los primeros años de Liga Mayor con el equipo de Las Delicias.
Otra llegada a la cúpula tecleña que no tuvo mucho ruido fue la de Ítalo Argueta, quien trabajó varios años en Club Deportivo FAS. En Santa Ana, Ítalo, logró celebrar un título siendo parte de la directiva tigrilla.
Pues bien, con estos nombres el Tecla finalmente se remangó la camiseta y buscó extranjeros para elevar la calidad del plantel y enterrar de una vez el tema descenso.
Pero los problemas continuaron para Tecla y a Ramón Sánchez también le costó mucho enderezar el mal rumbo del conjunto tecleño. Él supo desde luego el amargo sabor de la derrota pero logró también ganar cuatro partidos y meter algunos empates, los suficientes como para evitar que Tecla descendiera quizás en febrero o marzo 2024.
Ramón Sánchez tuvo entonces la chance de contar con cuatro refuerzos extranjeros para este Torneo Clausura 2024, cuestión que no pudo gozar su antecesor en el banquillo esmeralda. Sin embargo, de todos ellos el único quien logró aportar decentemente a la causa fue el delantero Gonzalo Tarifa, cuatro goles y mucha movilidad en el frente de ataque.
El resto de foráneos poco o nada ayudó para la causa tecleña. Alejandro Frezzotti fue un muy veterano volante con muchos más errores que aciertos en la mayoría de partidos que disputó. Jefferson Sierra, un delantero de quien no se conocía casi nada en internet, pesó cero en el equipo tal y como se auguraba.
Y por último, la guinda al pastel: Adrián Toloza, quien se marchó de la nada por razones extra cancha hace ya varias semanas.
¿Qué le podía deparar al Tecla puesto que tres de los cuatro extranjeros fichados -que con esfuerzo adquirió- no rindieran como se esperaba? nada bueno en efecto, como bien se comprobó tras repasar la debacle sin atenuantes en este certamen.
Pero la auténtica guinda en esta historia fue el despido de Juan Ramón Sánchez, cuestión que legalmente no se consumó aún, pero que le impidió por supuesto seguir dirigiendo al Tecla en abril.
Esta insólita decisión se vio acompañada del regreso -aún más inaudito- de “Fran” Medrano, quien sólo había ganado un partido con los pericos y fue despedido por ello. Su segunda etapa en el Tecla, con más presión que nunca, fue aún peor. No logró ganar ningún encuentro antes de quedarse sin chances matemáticas de permanecer en Primera.
Como si no fuera suficiente, el equipo fue demandado por Sánchez luego de la inscripción nula de Medrano, según el Comité de Competiciones. Este capítulo en los escritorios aún está pendiente de resolver para la escuadra tecleña, ambas partes fueron citadas a un juicio para determinar culpabilidad o llegar a una conciliación la próxima semana.
En estos últimos cotejos pudo notarse cómo la afición del Santa Tecla FC disminuyó hasta números de tres cifras cuando fue local y dos cuando fue visitante (pensemos en cien y diez personas por dar una aproximación).
Una de las razones por las que el equipo tuvo una merma importante fue que desde 2022 no jugó como local en Las Delicias y estuvo alternando entre el Estadio Ana Mercedes Campos en Sonsonate y el Estadio Héroes y Mártires de la Universidad de El Salvador en San Salvador.
Indes, tras quitarle a la alcaldía municipal la administración del estadio tecleño, lo remodeló, pero también demoró mucho para que Tecla pudiese usar de nuevo “su casa”. Fue todo un golpe para el equipo.
Esta decisión, antes de explicar cómo afectó a la afición, también complicó en demasía al equipo, ya de carencias marcadas. Lo dicho, derivó en una y otra maniobra para trasladar sus partidos a uno u otro departamento. Esto, para una escuadra con el bolsillo corto, fue un varapalo para sus finanzas.
Si bien uno de los recintos provisionales quedaba más cerca que el otro, ambos se antojaban lejanos para una mayoría importante de fanáticos tecleños, sobre todo para quienes amaban ir a Las Delicias.
Ni pasar por la usualmente embotellada Carretera de Los Chorros ni atravesar buena parte de la capital les apeteció a una mayoría de simpatizantes pericos que aún apoyaban al equipo presencialmente; acostumbrados a moverse muchos a pie o en cortos trayectos de auto para acudir al Estadio Las Delicias.
Si bien hace falta un estudio en mano para hablar más sobre la afición tecleña en general, hay varios indicios que explican el por qué la misma nunca creció tanto como para transformarse en una que se acercara a la de los “cuatro grandes”.
Es probable que el éxito le llegara muy pronto al Tecla (su primer título fue apenas tras tres años de estar en Primera) pero también, una buena parte de esta se conformó por fanáticos muy exigentes e informados. Difíciles de embaucar con el famoso “atol con el dedo”.
De manera que, con cada extraviada decisión de la directiva en turno, el tecleño promedio se fue para no regresar nunca más. Esto, en lugar de alarmar cada vez más a los mandamases, se notó que les daba bastante igual al margen de quien capitaneara el directorio.
La deserción nunca fue razón para que Tecla cambiara de estrategia ¡o se inventara una!, más allá de la deportiva. Tras Vidal Hernández se contemplaron muy pocos esfuerzos para volver a enamorar a sus fans más delicados desde el marketing y relacionados. Muy mal, teniendo en cuenta el sabido auge y apogeo de las redes sociales e internet.
Desde aquellos últimos años de la Guerra Civil, la ciudad de Santa Tecla se fue llenando de muchas personas quienes vinieron sobre todo desde Oriente, gente que nunca cambió su amor por Firpo o Águila, y menos aún si ni siquiera existía un equipo jugando en la nueva ciudad a donde se mudaban.
También, otros llegados desde San Salvador jamás cambiaron su fidelidad por Alianza FC o CD Marte, por lo que los tecleños originarios siempre se antojaron pocos a falta de algo riguroso que lo confirmara. Simpatizantes del viejo QQQ o el Lincoln...
Así que, Tecla ya desde 2007 debía remar mucho contra una ciudad que en grandes proporciones no le tenía ningún afecto, dado a que el arraigo de muchos está afuera de los límites geográficos del ahora "distrito Santa Tecla". Una atenuante histórica con la que no supieron lidiar casi todos sus dirigentes.
Tecla deja la Primera División entre las sombras, con fracasos por doquier y con el sinsabor de haber tocado la gloria hasta hace no mucho.
Otro ejemplo más de muchísimos, sobre cómo la gestión deportiva debe ser materia de rigor para quien quiera gerenciar en nuestro fútbol; uno cada vez más alejado también de sus mejores días en favor de otras formas de entretenimiento “más garantizadas”, baratas, divertidas y hasta novedosas.
¿Adiós o hasta pronto para Tecla? el tiempo nos pondrá en tema.