El futbolista salvadoreño Pablo Punyed ha ganado su trofeo número 16 en el balompié profesional de Islandia y lo hizo de una manera muy insólita.
Punyed no fue convocado para disputar la gran final de la Reykjavík Cup entre el Víkingur y el KR, el primer trofeo competitivo de todos los años calendario en Islandia.
Pese a lo dicho, tanto Punyed como otros compañeros suyos quienes no fueron llamados a disputar el partido definitivo, tienen su lógico derecho a recibir la medalla que los acredita como tales.
El torneo, como bien se intuye, es uno que reúne a todos los equipos de la capital de Islandia para disputar el que para algunos puede ser ya hasta su segunda competencia de pretemporada, como en el caso del Víkingur.
Pues el duelo final terminó 1-1 en el tiempo reglamentario y se fue a penales. Ahí ganó el KR por marcador de 5-6.
El KR fue premiado tal y como le correspondía por haberse impuesto desde la sabida lógica numérica y el clásico de Reykjavík le perteneció al ex club donde jugó Pablo Punyed, por un momento.
Pero las cosas no quedarían ahí, hubo un pequeño detalle que cambió nada menos que al ganador del juego. Bueno, a la postre también cambió el marcador.
El futbolista Alex Þór Hauksson jugó ilegalmente el partido (hasta anotó uno de los penales para ganarlo) y eso provocó que la KSÍ (federación islandesa de fútbol) diera como campeón al Víkingur, por alineación ilegal.
Hauksson tuvo el aval para jugar hasta el 02 de febrero, pero la final se disputó el día primero. Vaya error administrativo. Por cierto, la ventana de transferencias en Islandia se cierra hasta el 24 de abril de 2024.
La KSÍ aplicó el reglamento, dio el triunfo por 3-0 al Víkingur y lo proclamó como ganador de la Reykjavík Cup 2024.
Por si fuera poco, la KSÍ también multó con 60 mil coronas islandesas (436 dólares) al KR; algo que no le dolerá tanto como la tragedia de haber perdido el trofeo ganado en cancha.
Así que, el salvadoreño Pablo Punyed se hizo con su título número 16 de su carrera gracias a una vulneración de reglamento; una auténtica locura.
Como dato al margen, en ningún momento el Víkingur peleó en la mesa el título; la KSÍ únicamente actuó de oficio. Touché.