El “Mágico” divide a la FESFUT

La primera gran crisis institucional ya le estalló a la Comisión de Regularización 2.0, que preside Rolando González. Aplaudido por dirigentes de Primera División debido a que maneja un mejor diálogo con estos, la imagen de la comisión se ha deteriorado rápidamente luego que, entre los pasillos de la FESFUT, se menciona que no se respetan los reglamentos.

En particular, se sabe de situaciones con afectaciones a Adfas, la autorización de jugar en el estadio Jorge Mágico González para la final pasada pese a no cumplir con los requisitos necesarios establecidos en los reglamentos correspondientes, y la gota que habría derramado el vaso tuvo que ver con la aprobación de este mismo escenario para el duelo entre Alianza-Cacahuatique.

El Comité de Competición realizó un análisis para la autorización o no de dicho estadio, que ni siquiera estaba registrado como sede alterna por parte del cuadro paquidermo.

El fallo final fue que no sería autorizado porque no cumple con lo establecido en las bases de competencia (por un tema de muro y seguridad), por lo que se debía buscar otro escenario.

Entonces, apareció la Comisión de Licencias, y, en una situación que no queda clara en cuanto a procedimiento porque la Comisión de Regularización no se ha pronunciado, la Comisión de Licencias dio el aval al Mágico González. El partido se jugó y no es para menos recordar que días atrás el alcalde de Santa Ana, Gustavo Acevedo, se quejaba públicamente de por qué a unos sí y a otros no los dejaban jugar sin malla. No es exactamente el mismo caso, pero partía de un punto válido, que al final a unos sí les permitían jugar (en el Mágico) aunque no se cumplieran las medidas, y a otros (FAS) no se les permitió jugar sin malla, es decir no se les permitió saltarse las reglas.

No es un punto menor pues refleja, de manera tácita - jamás lo dijo así ni Acevedo ni la gente de FAS - un malestar o sensación que se saltan las reglas a favor de algunos.

El jueves, el periodista Orestes Membreño publicó en redes sociales una carta extendida hacia el Comité de Regularización de la FESFUT (la que la preside), en el que cuatro miembros del Comité de Competencias (de siete que lo conforman) presentaron su renuncia.

Los fallos

El Comité de Competición, en referencia a lo del estadio Mágico González, dijo que “mientras no exista una reforma integral de Bases de Competencia de la Primera División de Fútbol Profesional y el Reglamento para la Concesión de Licencias de Clubes…, no se puede autorizar la realización de juegos en escenarios deportivos que no cumplen con los requisitos establecidos en los respectivos ordenamientos legales aprobados por las diferentes instancias deportivas competentes”.

Y concluyen con que “acordamos no autorizar el juego programado para el día sábado 25 de enero del presente año en las instalaciones del Estadio Jorge “Mágico” González, entre los equipos de Alianza F.C. y C.D. Cacahuatique, por lo que se sugiere sea reprogramado en un estadio que el equipo local haya registrado ante la Federación Salvadoreña de Fútbol que llene los requisitos que exige la normativa deportiva vigente”.

Dichos requisitos, curiosamente, quedan claros en lo que expuso el Comité de Licencias el pasado 23 de enero. “El escenario deportivo no cuenta con una valla perimetral que permita la separación de los graderíos con el terreno de juego, estipulado en el art. 24 liberal b numeral 2 del Reglamento de Licencias, el cual estipula que ‘el terreno de juego debe estar separado de los graderíos por una valla perimetral con una medida de 2 metros’; sin embargo, posee un muro perimetral que delimita dicha separación y que tiene una medida mínima de 1.80 metros de altura”, sostiene el escrito.

Pese a ese reconocimiento de no cumplir con la normativa establecida, como queda constancia para la misma Comisión de Licencias, esta valoró otras situaciones, no contempladas en el reglamento de licencias ni de competición nacional, relacionadas a que el Mágico González fue autorizado por Concacaf para partidos de Copa Centroamericana y de selecciones nacionales, sin advertir que esos son otros reglamentos.

Es en razón de ello que precisamente menciona el Comité de Competición que si se reforman las bases de competencia locales entonces se podría permitir el uso del Mágico, pero esa reforma es solo posible para la nueva temporada, no cuando ya se está en competencia. En ese sentido, extendió en su momento el análisis al referirse a que el problema “es de índole legal”, ya que el Reglamento del Comité de Competición, en el artículo 14 literal “L” se contempla que es función y atribución del Comité de Competición “velar por la correcta aplicación y el cumplimiento de las bases de competencia de las distintas ligas profesionales; así mismo, el artículo 18 hace referencia a que es obligatorio el acatamiento de los reglamentos y normas establecidas”. “El compromiso de este Comité de Competición es cumplir con las funciones y atribuciones establecidas en el reglamento respectivo”, adujeron.

Pese a todo ello, el Comité de Licencias, presidido por Reynaldo Antonio Herrera Chavarría, autorizó el uso del escenario para el partido, que finalmente ganó Cacahuatique 0-1. Irónicamente, hasta hizo un llamado a Alianza a cumplir la reglamentación: “Se previene a Alianza F.C. que es un requisito reglamentario que la valla tenga una medida de 2 metros de altura, por lo que se le requiere que, de cara al próximo campeonato, y para el caso que decida seguir utilizando dicho estadio, realice las gestiones necesarias para que el Estadio Mágico González complete la medida faltante (20 cm) con el material que considere conveniente para efectos visuales y de seguridad”; en otras palabras, no cumple ahorita, por favor subsane para cumplir más adelante, le permitimos saltarse las reglas ahorita, más adelante no.

Tras todo ese contexto, el presidente del Comité de Competición, Juan Rigoberto Cabrera Rodríguez, y los miembros Carlos René Bonilla, Nelson Sosa y Mario Yanes renunciaron el 27 de enero tras considerar que “nuestra independencia y autonomía en nuestras atribuciones y funciones se han visto limitadas, lo que ha generado una falta de motivación que puede afectar nuestro desempeño, compromiso y responsabilidad con la federación”.

Se intentó hablar por teléfono con Óscar Giralt, miembro del Comité de Normalización que encabeza a la FESFUT, para que se pronunciara al respecto de este caso, pero no contestó su teléfono.

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