Reconocido hincha del Corinthians de Sao Paulo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, realizó este viernes una donación para ayudar a pagar una millonaria deuda del equipo de su corazón y, de paso, desvirtuar una campaña de "mentiras".
El mandatario de izquierda aportó 1.013 reales (unos 166 dólares al cambio actual) a una colecta organizada por aficionados para ayudar al segundo club de fútbol más popular del país a pagar un pasivo estimado en 710 millones de reales (unos 116 millones de dólares).
Lo hizo para respaldar al cuadro de sus amores, pero especialmente para desmentir recientes publicaciones en redes sociales que aseguran que su gobierno va a gravar las transferencias que se hagan a través del PIX, un sistema de micropagos electrónicos instantáneos muy utilizado por los brasileños.
"Quiero demostrar que es mentira lo que se está diciendo. El gobierno no va a gravar el PIX. Lo que podemos hacer es fiscalizar para evitar el lavado de dinero", aseguró Lula en un video publicado en redes en el que aparece vistiendo un saco negro con el escudo del 'Timão'.
La donación de Lula, de 79 años, coincide con el plazo de 72 horas dado este viernes por el gobierno a Meta para que explique sus políticas sobre verificación de contenidos en Brasil, donde las autoridades libran una batalla contra la desinformación en línea.
El fundador y director de Meta, Mark Zuckerberg, sacudió el mundo de las comunicaciones al anunciar el martes que cesará su programa de fact-checking en Estados Unidos.
Se trata de un giro radical en sus políticas de verificación de contenido que se alinea con las prioridades del próximo presidente estadounidense, Donald Trump.
En el video compartido por Lula se muestra el aporte para la colecta "Doe Arena Corinthians" (Done Arena Corinthians), una iniciativa lanzada a finales de noviembre por la barrabrava del cuadro paulista para ayudar al equipo a saldar la deuda por la construcción del estadio Neo Química Arena, iniciada en 2011.
Hasta la fecha, se han recaudado casi 35 millones de reales (5,7 millones de dólares). Al proyecto se han sumado numerosas personalidades brasileñas.
El pasivo derivado de la financiación para construir el recinto deportivo, sede de la apertura del Mundial de 2014, ha afectado seriamente las finanzas del popular club de Sao Paulo.
La escuadra coqueteó con el descenso la temporada pasada y en total tiene una deuda estimada en 2.600 millones de reales (unos 426 millones de dólares), la mayor del fútbol de Brasil.