El jugador Luka Modric, el 10 de Croacia y contemporáneo de Messi, perdió el duelo de la Semifinal. La tendencia de una Croacia sólida se desvaneció cuando los cuadros cambiaron del rojo y blanco a un azul celeste y fondo oscuro.
El choque de dieces entre la elegancia del croata y la magia desbordante de Messi dejó un resultado a favor de los que desean ver a Messi campeón; más glorioso en España que en Argentina, pese a que ganó la Copa América ante Brasil.
La imagen: el abrazo de los que llevan el diez. La otra imagen: el abrazo de Di María a su ex compañero Luka Modric. La última imagen: el aplauso del estadio lleno de aficionados argentinos para un cierre que no llegó a la final.
Sin embargo, Modric dejó palabras sobre el partido que no dejan indiferente a nadie. Se trata del penalti marcado por Danielle Orsato, el italiano que dirigió el encuentro y la mentalidad de luchar por el bronce, en la otra final.
"Estábamos bien, controlando el partido y este córner que no nos da el árbitro y el penalti, que para mi no era lo cambia todo", dijo el croata, ídolo de los aficionados madridistas y aclamado por los rivales.
"El argentino tira y choca contra nuestro portero, va a por él, no puedo creer que pitara ese penalti. Esto cambia un poco el partido. Pero no podemos cambiarlo, hay que recuperarse e intentar ganar el próximo partido", describió Modric.
"Hemos hecho un gran mundial y ahora hay bronce en el juego y tenemos que prepararnos, porque si lo conseguimos también es un buen éxito", dijo el jugador que organiza el juego croata y fue el sub-campeón de la pasada edición.