Platense reaccionó a tiempo e impuso su peso colectivo para frenar la resurrección de un FAS que quiso pero no pudo vender cara su eliminación en el Antonio Toledo Valle, donde la afición viroleña ayer accedió a su segunda semifinal consecutiva en Liga Mayor.
Así, con la piel del rey de copas en la mano, los gallos se afirman como uno de los equipos del momento en la Primera División. Con dos goles, antes y después del descanso cada uno, logró aplacar a unos tigrillos que tenían todo para remontar, pero que se vieron cortos el primer tiempo y acabaron perdonando sobre el final del partido.
Águila jugó con fuego pero se metió a semis
Fue el arranque soñado para un FAS que entró olfateando y buscando dónde podía haber peligro para el rival. En nueve minutos ya tenía la tranquilidad del gol, para equilibrar la serie, cuando Rudy Clavel estrelló el balón en el larguero de un frentazo y, entre el forcejeo de Guille Stradella por convertir y de Manuel González por despejar, el central consiguió meterlo bajo las costillas del portero.
Ahí fue cuando el partido arrancó de verdad, porque con la serie y los ánimos emparejados ambos equipos ya estaban dispuesto a sacar su mejor fútbol para evitar los penaltis. Sobre los 13 minutos pudo caer el tanto gallero mediante una barrida sobre la línea de Wilmer Novoa, pero la pelota no obedeció la inercia y abandonó el campo por fuera.
De pronto, la disputa se trasladó al medio campo y ahí el partido parecía muy nivelado en fuerzas. Al menos, hasta que al 26', Meme González derribó en su área a Guille Stradella, tratando de frenarle en una feroz galopada desde el círculo central. Con la misma claridad con que se marcó el penal, González se jugó a su izquierda para negarle con sus guantes el grito de gol a Bryan Landaverde, que se aprestó a cobrarlo, y a todo un FAS que ya se ilusionaba con la remontada.
Platense se arrojó en el cierre de la primera parte a conseguir un empate que le serenara y a la vez impidiese que su rival se sintiera cada vez más cómodo en la cancha. Luego que Landazuri se perdiera una llegada por derecha con ángulo cerrado, una falta de penalti al 42' le permitió a Juan Barahona empatar el juego y poner el 2-1 de la serie, dejando otra vez sentenciado a FAS para los último 45 minutos.
El desencanto tigrillo terminó siendo aún más brutal cuando, a dos minutos del segundo tiempo, el colombiano Víctor Landazuri les asestó un golpe casi de nocaut, con un remate globeado entre la marca del defensa y la salida apurada del arquero Jonathan Valle, que no alcanzó a regresar a tiempo para repeler la bajada del balón.
FAS tuvo que apelar al orgullo y la fe para mantener vivo el partido. Por momentos sufrió el olé-olé de la afición local, que además se divertía con la ola en los graderíos, pero también les propinó algunos sustos que no pasaron a mayores, por ser ocasiones erradas de Wilma Torres, Jefferson Collazos y Kevin Reyes, impotentes en la tarea de superar al portentoso Meme González y devolverle la vida a su equipo.