El trabajo del mediocampista Marvin Monterroza fue otra vez decisivo para que Alianza se consagrara campeón nacional, esta vez sobresaliendo creativamente en uno de los momentos más difíciles de la temporada y ante un Águila que los tuvo a tiro de gracia jugador con un hombre más sobre el césped.
En el plan inicial del técnico, Monterroza empezó jugando como interior creativo, su posición habitual, pero la contingencia por la expulsión de Iván Mancía (54’) le hizo terminar prácticamente como enganche, brindándole salidas por los costados a Michell Mercado y a Óscar Cerén para vulnerar una defensa emplumada que tuvo problemas todo el partido. Con sus pases exactos superó además una cancha bastante maltratada por la lluvia, un factor que, por fortuna tampoco, frustró demasiado a los protagonistas de una dramática final.
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Ante el momento crítico por quedarse con diez, el ‘21’ sacó la varita y la brújula, luego se ciñó el gafete de capitán y ordenó un medio campo mermado por el sacrificio de Ezequiel Rivas (salió para dar paso al central Mario Jacobo), haciendo fluir la media aliancista en los contraataques.
El liderazgo también afloró para dar calma al equipo y alzar la moral en los 60 minutos que se jugó con uno menos, y también mostró su temperamento al límite con las polémicas decisiones del árbitro Edgar Ramírez (rozó la amonestación con sus reclamos).
Quizás perdure la foto de su penalti fallado, el segundo en una tanda contra Águila y que casi acerca el título al rival, pero le hará justicia ante la historia su estampa de capitán y bujia de un equipo que lo extrañó tantas veces en el torneo.
Conjunto
Monterroza fue uno de los más sobresalientes de un trabajo en equipo remarcable de Alianza, donde Mario González y Narciso Orellana también acaparan luminarias.
El guardameta fue otra vez decisivo en una final, esta vez con más peso durante el tiempo de juego, pero también con dos penaltis atajados. Por su parte, el contención aportó bastante en la marca y acertó en el cobro final que hoy tiene a los blancos en pleno festejo.