Un aficionado que el domingo agredió a una mujer policía en la final del fútbol hondureño murió este martes en un enfrentamiento con agentes antipandillas en la norteña ciudad de San Pedro Sula, aseguró el portavoz policial, Miguel Martínez Madrid. El oficial indicó que se trata de Wilson Ariel Pérez Hernández, de 21 años, "un miembro activo de la Mara Salvatrucha".
El joven era buscado desde el domingo cuando agredió a una mujer policía, en el estadio Olímpico Metropolitano, al terminar el partido en que Motagua se coronó campeón al vencer con un global de 3-2 al Real España. La mujer permanece hospitalizada por los golpes.
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Martínez relató que autoridades de la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas llegaron la tarde del martes a un barrio de la periferia de San Pedro Sula, 180 km al norte de Tegucigalpa, ante una denuncia de la presencia de miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13).
Los policías fueron atacados a tiros y en el enfrentamiento resultaron heridos un policía y uno de los pandilleros, quienes fueron trasladados a un hospital. Los policías no "se dieron cuenta del nombre de él y quién era él hasta que uno de los médicos entregó la identidad", aseguró Martínez al canal de televisión HCH. El joven murió en el hospital minutos después de ser ingresado.
Desde el domingo, la policía había ofrecido 100,000 lempiras (unos 4,000 dólares) por información de Pérez. Por las redes sociales circularon dos videos, en los que el joven aparece entre la barra del Real España dando una patada por la espalda a la mujer policía, que rueda gradas abajo, y después da otra patada por detrás al árbitro del partido.
El incidente se registró cuando al terminar el juego de cierre del campeonato Clausura 2021-2022 aficionados del Real España invadieron el terreno de juego y se enfrentaron con la policía en el césped y en las graderías del estadio. Un activista de derechos humanos de San Pedro Sula, Jorge Jiménez, contradijo la versión policial, al aseverar al mismo canal de televisión que Pérez se dirigía a pedir protección a organismos humanitarios cuando fue ultimado por policías, aunque no explicó las circunstancias.
"No es justificar la acción que él cometió (…) pero también es reprochable, condenable un crimen de odio" porque "la policía lo expuso" y no fue capaz de capturarlo, deploró Jiménez.