La Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales (MUFP) decidió este jueves iniciar una huelga por tiempo indeterminado luego de que los clubes no votaran a favor de reformar el estatuto del jugador.
En el Consejo de Liga llevado a cabo el miércoles en la sede de la Asociación Uruguaya de Fútbol, los equipos votaron una moción presentada en la jornada, que respaldó la labor de la comisión que se encargó de trabajar en dicho asunto y le pidió que continúe negociando, "reiterando la voluntad de los clubes de alcanzar un acuerdo".
La no aceptación de la reforma llevó a que la Mutual decidiera comenzar una huelga.
"Atento al resultado del Consejo de la Liga Profesional celebrado en el día de ayer, no habiéndose considerado la aprobación del texto consensuado de reforma del Estatuto del Futbolista Profesional y estando vencidos todos los plazos acordados, resolvemos: parar la actividad oficial", indica un comunicado emitido por el gremio.
Dicha reforma busca, entre otras cosas, conseguir un aumento en el salario mínimo de los futbolistas de la Segunda División Profesional.
La semana pasada, la MUFP mantuvo una asamblea general extraordinaria que en el segundo de los cinco puntos del orden del día trató el tema del estatuto, sus modificaciones y la posible adopción de medidas.
Ese día, su vicepresidente, Sergio Pérez, explicó a la Agencia EFE que en 2021 los futbolistas presentaron una reforma del convenio colectivo que regula la relación laboral entre los clubes y los futbolistas y que desde ese momento están trabajando en dicho asunto.
Agregó que la comisión que se encargo de eso redactó un documento consensuado entre el sindicato, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y los equipos, que luego la Asamblea de Clubes no aprobó.
En ese sentido, detalló que, en ese momento, los futbolistas pudieron tomar medidas, pero que firmaron un acuerdo con la AUF en uno de los puntos que más le interesaba a la Mutual, que era el aumento del salario mínimo de los jugadores de la Segunda División.
Agregó que ese acuerdo permitió que los jugadores percibieran un sueldo más alto mientras el gremio continuaba negociando el convenio colectivo con los clubes.