El exatacante brasileño Robinho aguarda que un alto tribunal de Brasil decida si debe pagar en su país una condena a nueve años de prisión impuesta en Italia por violación en grupo, en un caso que puede sentar "precedente" en el gigante latinoamericano.
Doce magistrados presentes en el Superior Tribunal de Justicia (STJ) empezaron a examinar el pedido de los estrados italianos para que la pena, ratificada en última instancia en 2022, sea ejecutada en Brasil, país que no extradita a sus ciudadanos.
Para que la solicitud de homologación sea aceptada, lo cual puede ocurrir este mismo miércoles, se necesita el voto a favor de la mitad más uno de los jueces presentes, explicó el STJ en un comunicado. La decisión puede aplazarse si alguno pide más tiempo para analizar el caso.
Robson de Souza, conocido como Robinho, de 40 años, reside actualmente en Santos (sureste), según medios locales, y no compareció en la sede del tribunal en Brasilia.
En su intervención al inicio del plenario, el abogado de Robinho, José Eduardo Alckmin, pidió un nuevo juicio en Brasil, por considerar que es "un derecho, una garantía individual, de todo ciudadano brasileño".
Mientras, el representante del ministerio público, Hindemburgo Chateaubriand Pereira, defendió que se reconozca un "crimen grave", que de otra forma quedaría "impune".
El exfutbolista de la 'Seleção' y del Real Madrid seguramente no sería detenido de inmediato aunque el voto fuera favorable porque aún le restan recursos en el STJ. Además, podría recurrir en última instancia a la corte suprema.
Está en libertad a pesar de que fue condenado por violar en grupo a una joven albanesa que celebraba su cumpleaños 23 en una discoteca de Milán en 2013.
En el momento de los hechos, en los que participaron otros cinco brasileños, incluido su amigo Ricardo Falco, también condenado y pedido en extradición por Italia, jugaba para el AC Milan.
- "Racismo" -
Según la denuncia, el grupo hizo que la víctima bebiera "hasta el punto de dejarla inconsciente e incapaz de resistirse". Después sostuvieron "relaciones sexuales varias veces seguidas" con ella.
El exatacante fue sentenciado en primera instancia en 2017 y de forma definitiva en 2022, cuando ya estaba radicado en Brasil.
Robinho defiende su inocencia y alega que los hechos fueron consensuados. En una entrevista transmitida el domingo, atribuyó la sentencia al "racismo". "Espero que aquí en Brasil pueda tener la voz que no tuve allá", dijo al canal brasileño Record.
El STJ, sin embargo, apenas analiza si la solicitud italiana cumple los requisitos legales, sin entrar en el fondo del asunto ni juzgarlo de nuevo. Según medios, la tendencia es que apruebe el pedido.
Debido a que el gigante latinoamericano prohíbe en su Constitución la extradición de sus ciudadanos, Italia pidió en febrero de 2023 la ejecución de la pena aprovechando una ley brasileña que lo permite desde 2017.
La eventual homologación "es un asunto paradigmático. Debería sentar un gran precedente para que otros criminales empiecen a cumplir sus condenas en Brasil", dijo el abogado penalista Rafael Paiva en una nota.
En medio del proceso, Robinho tuvo que entregar su pasaporte. Italia expidió una orden de captura internacional en su contra, por lo cual sería detenido si sale de su país, sin importar la decisión del STJ, según expertos.
- Carrera intermitente -
Llamado a convertirse en una superestrella, Robinho mostró un talento precoz que lo llevó por varios equipos grandes de Europa, pero que fue incapaz de consolidar.
En 2009 fue detenido brevemente en Inglaterra, cuando defendía al Manchester City, por una presunta agresión sexual contra una joven, aunque quedó libre de cargos tras la investigación.
Su carrera tuvo un final abrupto después de su regreso en 2020 al Santos de Sao Paulo, en el que debutó como profesional en 2002.
Medios, patrocinadores e hinchas presionaron para que su contrato con el 'Peixe', club que Pelé hizo famoso, fuera terminado sin que hubiera debutado.
Otra estrella brasileña, el lateral Dani Alves, fue condenado en febrero a cuatro años y medio de prisión por violar a una joven en una discoteca de Barcelona en 2022.
Un tribunal español autorizó este miércoles su salida de la cárcel a cambio de una fianza de 1 millón de euros (casi 1,1 millones de dólares), mientras se resuelven los recursos contra su condena.
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