Una semana después de la tragedia del estadio Cuscatlán, todavía quedan muchas dudas respecto a lo que realmente ocurrió esa fatídica noche, en un escenario de fútbol a donde perdieron la vida 12 personas en medio de una estampida.
A todas luces, la logística del partido falló, y la Fiscalía realiza investigaciones para dilucidar si hubo responsabilidades y de qué tipo.
Hasta el momento, hay cinco detenidos: el presidente de Alianza y de la Primera, Pedro Hernández; el gerente del equipo y miembro de la Comisión de Seguridad de la FESFUT, Edwin Abarca; la gerente financiera del club, Zoila Córdova; el gerente general de EDESSA, la empresa dueña del estadio, Reynaldo Avelar; y al encargado de las llaves del Cuscatlán, Samuel García.
Las dudas
Los aficionados que estuvieron en el estadio cuestionaron, a través de redes, por qué no se abrió el portón sur de la localidad de Sol General, algo que habría reducido la cantidad de gente que intentaba ingresar por una sola puerta al menos a la mitad.
Esto, de hecho, no es nuevo. Ya ha ocurrido en otros encuentro que no se abre este acceso para la localidad de Sol General. Por ejemplo, en 2015, durante el partido de semis Alianza-Águila, aficionados del primero forzaron un portón cerrado e ingresaron a ese sector popular.
Otra de las grandes dudas es por qué razón sólo se abrió una pequeña puerta y no el portón. Ante esto, se ha especulado que fue para evitar que, al estar de par en par, más de alguno se colara sin boleto. Sin embargo, colocando una infraestructura adecuada esto último se podría evitar, además con un aumento del personal encargado de la recepción de boletos. ¿Había suficiente personal?
Por videos subidos a Youtube de parte de los mismos aficionados, se pudo constatar que la pequeña puerta de acceso, además, fue cerrada casi media hora antes de que comenzara el partido, mientras una enorme fila de gente esperaba afuera del sector. ¿Quién lo decidió y bajo qué razonamiento?
Aparentemente, esto pudo haber estado relacionado a un mal cálculo en relación a cuánta gente se esperaba, y, por tanto, la emisión de boletos no fue acorde.
Esto podría también explicar por qué hubo otros boletos circulando, como aseguró la Fiscalía el 25 de mayo pasado en redes sociales: “Los organizadores, al agotar las entradas disponibles para el encuentro deportivo, decidieron comercializar ilegalmente boletos emitidos para encuentros anteriores”.
Así mismo, existe la duda de si hubo o no sobreventa. Para la Fiscalía, “la negligencia en la organización y la avaricia, al realizar una sobreventa, generó una avalancha humana que provocó la pérdida de vidas, además de lesiones y de poner en riesgo la seguridad de los asistentes”, tuiteó la FGR el jueves. ¿Quién autorizó, si acaso existió, esta sobreventa?
Sin embargo, testigos que lograron ingresar al sector de Sol relataron que aún había espacios dentro. También hay fotos y videos que lo comprueban.
El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza Chicas, dijo ese 20 de mayo que un agente, al constatar que era enorme la cantidad de gente esperando entrar, informó del hecho y solicitó (a quién, aún no se sabe) que se abriera otra puerta(no queda claro si la cerrada del lado sur, o dentro del estadio para que la gente de sol general pasara a otras localidades, como preferentes y sombras, y así dejar espacio para que pudiesen entrar los que estaban afuera).
Otros aspectos que generan duda tienen que ver con la logística general para estos eventos. Por ejemplo, ¿por qué hay un único encargado de llaves en el estadio? ¿Qué ocurriría si él está atendiendo alguna situación en el sector de platea o está en el baño cuando se necesita que de emergencia abra “x” o “y” portón? ¿Fue esto lo que ocurrió?¿Fue alguien de Alianza quien dio la orden de que no se abriera la puerta, o alguien de EDESSA?
Así mismo hay dudas sobre si hubo o no uso de gas lacrimógeno por parte de la policía. Existen versiones encontradas, personas que aseguraron haber sido afectadas por una especia de gas lacrimógeno, pero también otras que apuntan al uso de la pólvora como la afectación respiratoria que tuvieron, ajena y aparte al aplastamiento de las víctimas.
También están la incógnitas sobre el proceder policial en relación a que esta es la que debe garantizar el orden. Por ejemplo, ¿cuántos efectivos se solicitaron por parte de Alianza, y si existe un estudio en la Primera División para determinar la cantidad de los mismos en relación al número de aficionados previstos? ¿Cómo funciona la coordinación y la comunicación en un caso de emergencia para manejar el flujo de gente? ¿Existe acaso un plan real a ejecutarse que, además, haya contado ya con simulacros y con un protocolo bien definido? ¿Quién debe decidir y a quién informar que hay sobreventa, o problemas de logística, o mucha gente esperando afuera para parar un partido, para llamar a la calma, para coordinar a los efectivos de la Policía? O, ¿por qué no actuó antes la Policía si la gente aglomerada llevaba más de media hora tratando de entrar?
También cabe preguntarse la responsabilidad de esta última en relación al orden público. De todos es conocidos que muchísimos aficionados llegan a los estadios a beber desde mucho tiempo antes del partido, y pretenden ingresar de manera rápida a minutos de que arranque un partido. Esto, de hecho, podría ser otra de las posibles hipótesis de lo ocurrido en el estadio Cuscatlán.
¿Acaso no es deber de la Policía poder hacer las evaluaciones para negar el ingreso al estadio a los ebrios? Cuando se hace, que es muy pocas veces, es en la puerta de entrada, lo que, obviamente en encuentros con mucha gente, no sólo se vuelve casi imposible, sino que puede generar caos y accidentes.
¿Por qué se permite que la gente esté bebiendo por horas en los alrededores del estadio? ¿Y por qué, si había tanta gente afuera el día de la tragedia en particular, no estaban más policías coordinando en ese sector para que las cosas no se salieran de control?
A la fecha, si bien la Fiscalía ya detuvo a las cinco personas mencionadas, no ha dado a conocer la relación de hechos que las incriminarían de manera individual, ni si investiga si hay más implicados a nivel dirigencial, o de otras instituciones.
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