En 3 años el gobierno de El Salvador espera que este listo el nuevo Estadio Nacional, que será financiado por China y que tendrá 50 mil asientos, según el anuncio realizado ayer por la noche, cuando el presidente Nayib Bukele colocó la primera piedra.
Junto al embajador de la República Popular China, Zhang Yunhui, Bukele hizo el acto tradicional de la primera piedra. “Este día 30 de noviembre estamos poniendo la primera piedra de una de las obras de infraestructura más grandes que se ha realizado en la historia de nuestro país y que, además, es otra área en la que estamos invirtiendo, que es en el deporte”, dijo Bukele.
Además, explicó que sería el más moderno de América Latina y el más grande de la región de Centroamérica, con capacidad para 50 mil espectadores sentados en butacas, además de otros 250 espacios para personas en sillas de ruedas, zona VIP y área de prensa.
Según la información brindada por el estado, la inversión superará los 100 millones de dólares y la contrucción se realizará en tres años sobre el final de la Avenida Jerusalén y calle Chiltiupán, en Antiguo Cuscatlán, en las antiguas instalaciones de la Escuela Militar Capitán General Gerardo Barrios, que colina con centros comerciales y negocios.
“Al igual que la Biblioteca Nacional de El Salvador, el diseño del estadio fue seleccionado personalmente por el señor Presidente, entre tres propuestas presentadas por la parte china. Eso evidenció, una vez más, que el señor Presidente no solo cuenta con talentos políticos de primer nivel, sino también una visión estética de primer nivel. Este estadio se convertirá en otro símbolo de amistad entre los dos países”, sostuvo el embajador Zhang Yunhui.
El lugar será escenario de eventos internacionales, espectáculos y festivales, es decir, no será exclusivo para deportes, tal como ocurre con los estadios modernos actuales. Además, se convertirá en la nueva sede de la selección nacional de fútbol.
Según Secretaría de Prensa, su moderno diseño arquitectónico estará inspirado en elementos identitarios de El Salvador, el edificio utilizará materiales renovables y energía reciclada para reducir las emisiones de dióxido de carbono.