Carlo Ancelotti confesó que sus declaraciones en rueda de prensa elogiando el arbitraje del vasco Ricardo de Burgos Bengoetxea en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán ante el Sevilla, era "ironía" porque si decía lo que pensaba le caerían "muchos partidos" de sanción.
"La ironía es la única manera después de este partido", reconoció después de salir de la rueda de prensa a los medios del Real Madrid. "Porque si digo lo que pienso del arbitraje, me caen muchos partidos".
Ancelotti aseguró que su felicidad es dirigir desde el banquillo a su equipo y prefiere no decir lo que piensa para poder hacerlo. "Lo que más me gusta es sentarme en el banquillo del Real Madrid, para evitar suspensiones no digo lo que pienso y uso la ironía".
Antes, en rueda de prensa había dicho que De Burgos Bengoetxea lo había hecho "bien, un buen partido" y que había "acertado en todo". "Ha parado la contra para preservar la salud de un jugador", dijo en la acción en la que se anuló un gol a su equipo por un golpe a Lucas Ocampos por el que no había señalado falta. El Real Madrid también reclamó que era legal el tanto marcado por Fede Valverde en los primeros minutos y pidió un penalti sobre Vinícius Junior.
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