Inconformes con un plan para el Apertura 2022 que se realizaría en apenas dos meses, los jugadores y entrenadores asociados han solicitado una audiencia al Comité de Regularización de la Federación Salvadoreña de Fútbol.
La Primera División decidió realizar un torneo en el que modifcarán la forma de competición, en la que quedarían invalidados los partidos ya disputados y pasarían a uno con muchos menos partidos. Habría un grupo formado por los equipos de centro-oriente, y otro por los de centro-occidente, y solo jugarán entre ellos a partir del 17 de septiembre. De ahí, saldrán los clasificados para los cuartos de final (8 clasificados, 4 por grupo). La idea es finalizar todo entre el 20 y 27 de noviembre, lo que deja apenas 2 meses de fútbol, aproximadamente, pues la fecha de la final está en duda debido a que el estadio Cuscatlán está reservado ya para otras actividades, y la liga no ha definido otra posible sede.
Así las cosas, de nuevo los más afectados serían los jugadores, entrenadores, miembros del cuerpo técnico, debido a que cobrarían menos, según han entendido estos.
"Juntos a AEFES (la Asociación de entrenadores de Fútbol de El Salvador), hemos enviado esta solicitud al presidente de la FESFUT para poder dar a conocer nuestra postura ante la propuesta de formatos de la Primera División, ya que no se nos tomó en cuenta ni consultó para poder establecer un acuerdo en donde no nos veamos afectados", informó en un tuit la Asociación de Futbolistas Profesionales de El Salvador (ASOFUTPROES), que añade una carta con dicha nota.
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Si bien hay una luz al final del túnel, y la Tercera División hasta ya está jugando, en la Primera es claro que no hay acuerdo entre las partes. Por un lado, la decisión de la modificación del formato (aún por confirmarse oficialmente, por cierto, pues tiene que ser avalada por la Comisión de Normalización tras el acuerdo alcanzado por los representantes de los equipos) fue tomada de manera exclusiva por los clubes, aunque los jugadores también se han visto afectados por el parón del fútbol nacional luego de que el Estado se inmiscuyera en los asuntos deportivos privados.
Además, de fondo hay un tema legal, puesto que si bien se trata de un problema que sobrepasa la normalidad (el parón del fútbol), también hay contratos de por medio.
Se sabe que Alianza es de los equipos que está al día y ha continuado pagando a sus jugadores, pero la mayoría de equipos de Primera no ha logrado honrar sus compromisos, algunos suspendieron incluso entrenamientos tras aducir falta de liquidez porque los patrocinadores no han respondido debido al parón. Incluso FAS, cuya nueva administración anunció que tendrían salario por 12 meses, modificó esta situación en relación al pago a sus jugadores al presentar una reducción en estos días del parón.
A diferencia de otras ocasiones, en donde los jugadores solo podían quejarse en redes sociales, esta vez lo están haciendo (al menos algunos que están asociados) en bloque, con lo cual pueden llegar a tener mayor peso en su pedido de ser escuchados, al menos, para negociar.
Tras cerca de cinco años de trabajo, la ASOFUTPROES por fin vio la luz y, aunque está lejos de aglutiar aún al grueso de jugadores, está luchando por tener más poder y darle más voz a los protagonistas principales del espectáculo.