Lo de Chalatenango y el impago no es tema nuevo, se sigue repitiendo constatemente. En abril pasado, en el Clausura 2022, jugadores denunciaron la situación, misma que se repitió poco después en Primera División.
El hecho es más común de lo que se piensa en el equipo de ese departamento. Cabe recordar que en junio de 2017, el incumplimiento de pago llevó hasta la renuncia del entonces presidente del equipo, Fernando Alas, quien debía abonar precisamente un monto conciliado, es decir, un acuerdo posterior precisamente por impago.
Cabe recordar que el cuadro original del departamento, el CD Chalatenango, desapareció como tal envuelto en el mismo tema, y, en su lugar, poco después fue creado el AD Chalatenango, nombre con el que juega en Primera División, cuando dos instituciones diferentes sostenían ser los representantes administrativos del equipo, por lo que hubo un fallo a favor de la directiva que encabezaba Fernando Alas y acompañaba Francisco Peraza, en detrimento de Rigoberto Mejía, quien también era el alcalde chalateco entonces.
Una de las normativas federadas establece que si una institución no cumple con sus obligaciones, no puede inscribirse, pero lo único que hacen es cambiar alguna inicial del nombre y vuelven a hacerlo. Ha ocurrido no solo con el caso de Chalatenango, sino con otros equipos del redondo nacional, como Atlético Balboa, por ejemplo.
Esta vez, el AD Chalatenango está a dos días (hoy y mañana) de cumplir dos meses desde la útima vez que pagó salarios, por lo que, de llegar a sostenerse esta violación a los derechos de los jugadores, el equipo podría perder la categoría.
El Sonsonate no cumplió con el timepo para los pagos al plantel y perdió la categoría en el torneo Clausura 2021, para citar el último de los casos que se dio en los que la FESFUT intervino.
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