El árbitro polaco Szymon Marciniak tiene un doble motivo para celebrar. No sólo será el que pite la final del Mundial, sino que lo hará como una celebración tras poder volver a la actividad luego de superar problemas del corazón.
"Pasé un momento muy difícil durante el último año y medio. Tuve taquicardia, es una enfermedad del corazón. Al principio fue muy difícil para mí, y tuve que dejar de arbitrar"dijo el polaco.
Tras meses de tratamiento y cuido, Marciniak finalmente pudo volver a arbitrar, se ganó un puesto en el mundial, y ahora, de manera que jamás hubiese creído, será el que dirija la final entre Argentina y Francia, mañana.
"Me perdí la Euro, que para un árbitro que está en su mejor edad fue un a sensación terrible. Sólo mi equipo y yo sabemos lo difícil que fue", contó. "Ahora la vida me lo devuelve y no puedo ni dejar de sonreír porque es una gran sensación", mencionó a Marca, de España.
Marciniak ya dirigió a Francia en la victoria por 2-1 en fase de grupos, y también a Argentina, cuando dejó fuera en octavos de final a Australia (2-1).
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