No ha peor cuña que la del mismo palo: el lateral Achraf Hakimi, nacido y criado en Madrid, anotó el penal decisivo de la histórica clasificación de Marruecos a cuartos de final del Mundial-2022 ante España, su país de adopción.
Fue un exquisito remate a lo Panenka, suave, al medio del arco, ante un Unai Simón que se lanza hacia su derecha y observa, indefenso, cómo el balón ingresa mansamente y desata la locura en el estadio Education City, en Doha, atestado de marroquíes.
Un penal que entró en la historia del fútbol de esta nación del norte de Africa, que por primera vez avanza a cuartos de final de un Mundial. "Merecemos escribir esta página de la historia", había pronosticado el lateral del París Saint-Germain, de 24 años, tras la victoria por 2-1 ante Canadá y la clasificación a octavos de final de Catar-2022.
Y es que Marruecos es la única selección árabe que logró avanzar a la segunda ronda del torneo, y sigue escribiendo páginas gloriosas con su clasificación a cuartos de final. En las cinco participaciones anteriores en los mundiales, solo en México-1986 había logrado llegar a octavos de final, donde cayó ante Alemania Federal por 1-0 con un gol de tiro libre de Lothar Matthaeus a dos minutos del final del partido.
"Lograr algo grande con tu país es mejor que con tu club. Joven, vi a la última generación que había jugado el Mundial, y soñaba con ser como ellos", destacó Hakimi.
En el segundo tiempo, antes de sacar una falta, Hakimi sonrió ante las palabras de Luis Enrique, el seleccionador español, que se acercó a darle una palmadita amistosa. De nada sirvió a la hora de los penales, cuando Hakimi le dio el tiro de gracia a su "segunda patria".
"España es su segundo país, su casa. Es la primera casa contra la segunda", susurraba su padre, Hassan, con una sonrisa, el día antes del partido, en el que Marruecos superó la gesta de México-1986, cuando por primera y única vez antes de Catar-2022 había llegado a octavos de final.
Hijo de padres marroquíes afincados en España en la década de 1980, Hakimi nació en Getafe (sur de Madrid), en el barrio de Las Margaritas.
- De promesa a realidad -
Hablante perfecto de español, casado con una actriz española (Hiba Abouk), comenzó en el fútbol en Ofigevi, luego se incorporó rápidamente al centro de entrenamiento del Real Madrid, donde realizó todas sus categorías juveniles e incluso llegó a disputar varios partidos en el primer equipo, pero no tuvo continuidad.
Entonces inició un periplo de alto nivel con el Borussia Dortmund en 2018. Luego pasó por el Inter de Milán y fichó por el PSG, al que llegó por unos 70 millones de euros (73 millones de dólares) y en el que cumple su segunda temporada. Incluso pasó brevemente por la selección juvenil española, pero se dio cuenta de que no era "el sitio adecuado" para él: "No me sentía como en casa", confió el jugador el lunes en una entrevista al diario deportivo español Marca.
Hoy, su gigantesca silueta brilla en los rascacielos de West Bay, el famoso 'skyline' de la bahía de Doha, junto con otros referentes como Luka Modric, Neymar o Pedri. Y desde este martes, después de su penal a lo Panenka y el histórico boleto a cuartos de final, Hakimi ya es leyenda del fútbol marroquí y de todo el mundo árabe.