Cada fin de año, los hondureños queman un muñeco de papel que representa a algún funcionario o personaje que haya protagonizado algún suceso negativo o frustrante. Es una especie de piñata a la que denominan "Monigote".
Este año, los catrachos no olvidarán ni perdonarán al árbitro salvadoreño Iván Barton por lo que ellos consideran una injusticia, por decir lo menos, durante el partido contra México del pasado martes 21 de noviembre que los dejó sin boleto directo a la Copa América 2024, y ya le fabricaron su "monigote".
No solo eso, es el más demandado en las calles de San Pedro Sula, al norte de Honduras.La imagen del réferi salvadoreño se vende a 800 lempiras, algo más de 32 dólares, dicen los vendedores suleños, y agregan que la demanda crece con los días, tanto, que está a punto de superar al del expresidente Zelaya.
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