El ser humano es contradictorio, y el fútbol también. Hasta no hace mucho, todo mundo rezaba porque el balón volviera a rodar en El Salvador. Ahora que está ya el Comité de Normalización, algunos equipos rezan porque les permitan no jugar y no perder la categoría.
La razón, la falta de ingresos ha vuelto insostenible su situación, algo más que obvio. Pero aunque la mejor empresa puede quebrar en una crisis, si actualizaran sus conceptos sobre el manejo de los equipos tendrían menos riesgo de quebrar, menos necesidad de estar finiquitando jugadores bajo el pretexto de darles a cambio carta de libertad (cuasi chantaje, además de ser una práctica común e ilegal). El problema parte de un eje cultural transversal, la costumbre del salvadoreño de creer que lo sabe todo, y no se da cuenta que los tiempos cambian, los modelos cambian y ya no se puede mantener a un equipo como se hacia antes.
Los dirigentes que se sientan aludidos probablemente se molesten por señalarles esta contraducción, y dirán que es ilógico criticarles cuando todo mundo sabe que el fútbol ha estado paralizado, y que no están teniendo ingresos.
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Pero el problema no nace porque el fútbol se paralice, sino porque siguen creyendo que el negocio del fútbol está en la venta de boletos. Si los patrocinios que firmaron están basados en los partidos en los que sí juegan, entonces también hay otro problema, pero los patrocinios deberían estar basados en la marca, en la exposición, en el modelo. Por eso Barcelona es más que fútbol... por decir algo, te venden hasta un estilo de vida. Y sin ir muy lejos, por eso hay tanto arraigo en equipos como Alianza, Águila o FAS, que, más allá del éxito que han tenido, tienen un hilo más fuerte con su afición, incluso un Firpo golpeado por malos manejos administrativos en largo tiempo.
También estos grandes pasan apuros, pero tienen más "nombre" para negociar mejores tratos con canal 4 o Tigo para sus transmisiones, y con otros patrocinios que puedar conseguir.
En el fondo, hay un problema de administración, y uno de educación. El manejo de los equipos en el país, en su mayoría, está basado en un modelo totalmente desfasado, y que no rinde ni permite tener buenos jugadores, ni mucho menos ser competitivos a nivel regional.
Por eso es tan necesario que los equipos actualicen sus modelos de negocio, que sean vistos como empresas y comiencen a pensar de qué pueden vivir cuando no hay partidos, o cuando hay crisis (como pandemias o líos y paralizaciones), y cómo aumentar sus ganancias, tener superávit e invertir a futuro.
Ustedes me dirán, sí, pero si hasta el Barcelona, o la Juventus han tenido problemas con el tema COVID y la falta de entradas.
Y la respuesta es afirmativa, tienen razón, pero también es cierto que el que prevé y maneja sus finanzas de una manera más profesional tiene más elementos para aguantar esas crisis, para no perder su capital humano durante ese lapso (es decir no tener que dejar ir jugadores), para cumplir con sus obligaciones y para salir más fortalecidos de todos estos problemas.
Mientras se siga tratando de tener jugadores que ganan de 4 mil dólares para arriba (bajo la idea de + caro = + espectáculo = + resultados = más ingresos) en una liga que pretenda vivir de los boletos, el desfase es obvio.
Y el otro problema obvio parte porque se sigue sin invertir en las bases. Lo ven como un gasto tener que invertir 20 mil, 40 mil dólares en un año en chicos y prefieren pagar más a un solo jugador extranjero que no siempre rinde.
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