La futbolista islandesa Sara Bjork Gunnarsdottir reveló que su antiguo club, el Lyon francés, le recortó el sueldo cuando quedó embarazada en 2021, una pérdida económica que el club tuvo que compensarle por decisión de la justicia de la FIFA.
En mayo de 2022, el Tribunal de Instancia de la FIFA condenó al Lyon, en una sentencia consultada este martes por la FIFA, a pagar a la jugadora 82.000 euros (unos 88.500 dólares) por impagos en el salario de la futbolista desde que se conoció su embarazo en abril de 2021 hasta que tuvo a su hijo, en noviembre de ese año.
"Era un derecho y no me lo podían negar, ni siquiera un club tan grande como el Lyon", denunció la jugadora de 32 años en un escrito publicado por la plataforma The Players' Tribune. Este éxito ante la justicia de la FIFA "suena a una garantía financiera para todas las futbolistas que desean tener un hijo durante sus carreras", añadió la actual jugadora de la Juventus.
El Sindicato Mundial de Jugadores (FIFPro), que asesoró a la jugadora en el proceso judicial, destacó una "decisión histórica", "la primera de este tipo desde la puesta en marcha de los reglamentos de la FIFA en materia de maternidad, en enero de 2021".
En efecto, la FIFA implantó en esa época una serie de medidas con el fin de proteger a las jugadoras que decidan ser madres durante su carrera, imponiendo por ejemplo a los clubes a proponer un permiso de maternidad "de al menos 14 semanas, de las que ocho deben ser después del parto", remunerado "como mínimo con las dos terceras partes de su salario contractual" de la futbolista.
En el caso de Gunnarsdottir, la jugadora solo recibió unos 27.000 euros netos de los 109.000 que le correspondían por contrato.
La jugadora pasó su embarazo, con permiso de su club, en su país, pero la entidad no le ofreció "un empleo alternativo" durante ese periodo como era su responsabilidad, por lo que no podía eludir el pago integral de su salario, según la sentencia.
En un comunicado hecho público este mismo martes, el Lyon recordó que "la ley en Francia prohíbe ofrecer un trabajo alternativo durante la baja maternal", destacó que autorizó a la jugadora regresar a su país y que la futbolista dejó el ocho veces campeón de la Champions femenina "únicamente por razones deportivas".
En una entrevista reciente con The Players Tribune, Sara cuenta lo que vivió emocionalmente, se planteó dejar su carrera, llegó a sentir que tener un hijo era algo negativo, vivió gran parte de su embarazo con culpas y con el pago incompleto de lo que le correspondía legalmente.
La sentencia es catalogada como histórica puesto que es la primera en el fútbol de esta naturaleza, lo que supondría que sentará jurisprudencia, es decir, el caso sería tomado como referencia para otros similares.
Los servicios médicos del Lyon incluso llegaron a sugerirle que dejara de jugar. Sara conocía algo sobre la nueva ley de maternidad en el fútbol, llevó su caso a FIFPro y esta le ayudó para remitirlo a la Cámara de Resoluciones de Disputas de la FIFA, y aludió al ‘deber de diligencia’ del club, que no contactó con ella durante el embarazo.
“Nadie se ocupó realmente de mí, de hacerme un seguimiento, de ver cómo me encontraba mental y físicamente, como empleada, pero también como ser humano. Tenía derecho a percibir mi salario íntegro durante mi embarazo y hasta el inicio de mi baja por maternidad, de acuerdo con la reglamentación obligatoria de la FIFA. Son parte de mis derechos, y eso no puede discutirlo ni siquiera un club tan grande como Lyon”, escribió Sara.
La futbolista dijo que esta resolución “es una garantía de seguridad financiera para todas las jugadoras que quieren tener un hijo durante su carrera” y celebró estar ahora “muy feliz”, con su hijo de casi un año. Sara ahora juega en la Juventus de Italia.
“Escribo esto porque quiero asegurarme de que nadie tenga que volver a pasar por lo que yo pasé”, concluyó.
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